A QUÉ SABE SANTANDER

Me pidieron desde la revista de EL PAÍS «BUENA VIDA» que contestara a una serie de preguntas sobre Santander.

 

Pinchando en el siguiente enlace podéis encontrar la entrevista publicada en dicha revista. (pincha aquí para leerla).

 

Y a continuación os paso la entrevista completa:

 

1.-LA PRIMERA ES OBLIGADA: YA QUE LA SECCIÓN SE LLAMA ‘A QUÉ SABE’, PARA TI ¿A QUÉ SABE LA CIUDAD DE SANTANDER?

 

Santander sabe a sobao pasiego, sabe a campo y a cocido montañés, pero, sobre todo, Santander me sabe a su Cantábrico, por su bonito, su machote, sus maganos y sus anchoas.

 

2.-CUÉNTAME TU HISTORIA. DE DÓNDE ERES, EDAD, QUÉ TE ATRAJO DE LA GASTRONOMÍA Y POR QUÉ DECIDISTE CONVERTIRTE EN UN EXPERTO E INFLUENCER EN GASTRONOMÍA (Y POR SUPUESTO CÓMO SE CREÓ LA AVENTURA DE DIMEUNRESTAURANTE)

 

Nací en Galicia en 1982 y, como mi padre era Notario, vivimos también en Cantabria y La Rioja. Tres grandes tierras a la que debo sumar Asturias, de donde es mi madre y que tanto he visitado.

 

La afición por la gastronomía me vino gracias a mis padres. Como de pequeños, tanto mis hermanos como yo, nos portábamos muy bien, mis padres comenzaron muy pronto a llevarnos con ellos a los restaurantes.

 

Y así, con unos diez años, ya iba a los restaurantes míticos de aquella época: La Merced en Logroño, Hartza en Pamplona, Maher en Cintruénigo, El Puerto y La Sardina en Santander, Marchica en Oviedo, o Goizeko Kabi en Bilbao.

 

Tampoco os vayáis a pensar que era un niño rarito, simplemente es que, a diferencia de los niños de ahora, que les cuesta aguantar diez minutos sentados en la silla, yo ya disfrutaba mucho comiendo en esos restaurantes.

 

Respecto a mi trayectoria como “experto influencer en gastronomía”, aunque no me considero ni experto ni influencer, empecé a escribir críticas en 11870.com con veintiún años. Y lo hice porque, cuando quería ir a un restaurante, apenas existía información sobre el mismo, y la poca que había era de críticos demasiado serios, que se me hacían aburridos, y cuyos artículos no respondían a mis preguntas, siéndome inútiles. Así que decidí empezar a escribir críticas usando un lenguaje más coloquial y directo, orientadas a la gente joven, y contando todo aquello que a mí me gustaría leer antes de ir a un restaurante: consejos prácticos sobre qué pedir o dónde reservar mesa, precios, ambiente, etc.

 

Debido al éxito que tuvieron mis críticas en 11870.com, decidí crear mi propia web dimeunrestaurante.com y abrirme Instagram @ALBERTO_DELUNA. Desde entonces, ya han pasado unos seis años y tanto mi web como mi Instagram han evolucionado mucho.

 

3.-CUÁL DIRÍAS QUE ES EL PANORAMA ACTUAL DE LA GASTRONOMÍA DE LA CIUDAD DE SANTANDER? ¿CÓMO SE ENCUENTRA?

 

Santander siempre ha sido una ciudad tremendamente clásica y esto se ha reflejado en su restauración. Hasta hace poco, su oferta hostelera se componía de restaurantes de toda la vida como El Puerto, La Bombi, El Marucho, La Posada del Mar, La Cigaleña, Cañadío, Bodega del Riojano, etc.

 

Últimamente ha llegado gente joven, con ciertos aires hípster, que han abierto sitios con cocina más fusión y original, como La Hermosa de Alba, Umma, Sol o Cadelo. Y como sitio de moda, Días de Sur es el mejor.

 

Respecto a la alta cocina, o cocina de autor, del gusto de la Guía Michelin, la oferta es casi nula, a excepción de La Casona del Judío, que trabaja mucho con el producto local, utilizando solo dos o tres elementos en cada plato, y pone en valor a la mantequilla, producto básico en Cantabria. En este restaurante se come de maravilla y, espero, consiga pronto una estrella. Pero mientras, en Santander ciudad, con una estrella, solo está El Serbal, que, según mis gustos, tampoco merece mucho la pena.

 

Fuera de Santander hay cosas muy interesantes, como Solana o El Molino (ambos con una estrella), Annua (dos estrellas), La Tucho, Emma, Ronquillo, El Hostal, El Tronky, Pan de Cuco o Cofiño, aparte del recién triestrellado Cenador de Amós y La Bicicleta, aunque a mí estos dos últimos no me apasionan.

 

En cuanto a cocina más internacional, como japonesa o peruana, no hay ningún sitio reseñable.

 

4.-CUÁLES SON SUS INFLUENCIAS CULINARIAS, SUS RAÍCES?

 

No te sabría decir. Aquí no veo una influencia clara como ocurre con la cocina vasca respecto a la francesa. Y tampoco se ha potenciado la cocina tradicional cántabra, salvo contadas excepciones.

 

5.-ESOS SITIOS QUE TODO AMANTE/FOODIE O COCINILLAS QUE VAYA A SANTANDER DEBE ‘PROBAR’ (RESTAURANTES, TAPEO, TIENDAS DE GASTRONOMÍA, MERCADOS…)

 

De restaurantes, me remito a los que ya he mencionado en la pregunta anterior. Todos ellos son muy recomendables.

 

Para tapeo, la oferta se mantiene bastante clásica también, siendo los mejores pinchos los de Cañadío (con su famosa tarta de queso) y los de Casa Lita.

 

También recomiendo las rabas especiales y gambas gabardina de la barra de El Puerto, las ostras de La Mar, un poco queso picón en Bodegas Fuente Dé, la oreja plancha en el Bar Caribe, que está en El Sardinero, tomar el aperitivo por la concurrida zona de Peña Herbosa, la lubina marinada en La Bombi, unos taquitos de merluza en Gele, una ración de jamón en Las Hijas de Florencio, tomar unos fritos en Bodega La Conveniente mientras escuchas el piano, y acabar con un destornillador en el Kings.

 

Otro plan obligatorio es coger la pedreñera e ir a la playa de El Puntal para comer allí, aunque en pleno verano se pone hasta arriba.

 

Como tiendas de gastronomía, mi favorita, con diferencia, es Doña Tomasa cuyas anchoas son excelentes. Podría alimentarme solo de las delicias que venden en esa tienda que, afortunadamente, también tiene sede en Madrid.

 

Otras dos tiendas gourmet clásicas son Mantequerías cántabras y Diferente.

 

El Mercado de la Esperanza es el mercado por excelencia de la capital.

 

Y tampoco puede faltar un helado en Regma, cuyas colas en verano forman parte del paisaje de El Sardinero.

 

6.-PARA TI, ¿CUÁLES SON LOS PLATOS EMBLEMÁTICOS DE LA GASTRONOMÍA DE LA CIUDAD DE SANTANDER?

 

Mi plato favorito son las rabas. Las mejores están en El Puerto, La Bombi, La Tucho y Gele.

 

Otro emblema sagrado de Santander es su marmita de bonito.

 

Y un plato muy típico es el cocido montañés, si bien es más famoso tomarlo por pueblos de Cantabria como en Cofiño, Casa Terio, Casa Enrique o Casa Calvo.

 

Los bocartes (anchoas rebozadas y fritas) son otro plato emblemático.

 

Y no puede faltar una buena tortilla de patata con bonito, como la de Cañadío o Gele, siendo la más famosa la de la cafetería del gimnasio Body Factory de Mataleñas.

 

7.-Y LOS PRODUCTOS CULINARIOS EMBLEMÁTICOS?

 

El producto culinario por excelencia, que es religión en Santander, es su bonito, cuya mejor temporada es en verano.

 

También en temporada de verano, los maganos de guadañeta son una absoluta delicia.

 

Obviamente, no pueden faltar las conservas de anchoas, que son otra de las maravillas del Mar Cantábrico, y que se pueden encontrar en muchas tiendas de Santander y, sobre todo, en Santoña, su cuna.

 

Y del huerto, el caviar de Ampuero: pimientos choriceros recolectados en verde. Los que sirven en agosto en el restaurante Solana son una locura.

 

Sin embargo en carnes, su famosa vaca de Tudanca me parece que queda lejos del nivel de una vaca rubia gallega.

 

Y en lo dulce, el sobao es, sin duda, lo más emblemático de Santander, así como la tarta fea de hojaldre de Torrelavega.

 

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