En 2007, El Serbal recibió una Estrella Michelín que, a día de hoy, aún conserva. Ese mismo año, cuando lo visité por primera vez, tenía 22 primaveras. Fue a esta edad cuando comencé a profundizar en la gastronomía y, a la vez, descubrir cosas como que Riesling no era un jugador del Bayern, sino un maravilloso vino alemán, que con “becada” no se referían a mi prima, la que se había ido de Erasmus a Roma, sino a un delicioso pajarito, y que, el término de “a cuatro manos” nada tenía que ver con algo sexual.
Recuerdo que, cada vez que iba a Santander, quería ir a comer aquí, por lo que cayeron innumerables visitas. Lo tenía idolatrado por ser de los primeros estrellados que visitaba. Recordad que, hace 12 años, no existía ni una milésima parte del boom gastronómico que hay ahora. En esa época, los cocineros tenían su oficio al que se dedicaban en cuerpo y alma, no salían en portadas de revistas (a excepción del gran Adriá), la Guía Michelin no tenía aún aquí tanta repercusión y no existían redes sociales, ni masterchefs ni tonterías que sí hay ahora.
Con mis primeros sueldos, poco a poco fui conociendo más y más restaurantes, mi paladar se fue educando, y eso me permitió ver que había muchos otros restaurantes mejores que Serbal.
Ahora, lo suelo visitar una vez cada 2 años y la impresión siempre es la misma: su menú degustación tiene una relación precio-placer bastante aceptable, pero no hay ningún plato que me entusiasme, por lo que podría vivir perfectamente sin volver a visitarlo.
No obstante, como yo siempre escribo para todo tipo de público, más o menos avanzado en este mundo de la gastronomía, debo reconocer que si visitas Santander y quieres ir sí o sí a un estrella Michelin (es el único estrella que hay en la ciudad), no saldrás a disgusto de El Serbal.
Este 2021 acaba de trasladarse al local más espectacular posible: el Cormorán, en La Segunda (playa).
Simplemente por esa ubicación ya merece la pena.
A eso, hay que sumar la mejor bodega de la ciudad, con permiso de La Cigaleña. Y, además, un servicio magnífico y de lo más agradable.
Sin embargo, la cocina no está a la altura de ⭐️ Michelin. El Menú resulta algo anodino y plano, sin platos sobresalientes. Creo que aquí hay mucho margen de mejora.
Teniendo ya ese local, bodega y servicio, sugeriría una línea de cocina más sencilla, sabrosa y de producto Top.
Por ahora, cuando vuelva, que lo haré, iré directamente a Carta.
En la web del restaurante tenéis la carta, los menús y los vinos.
8 LUNAS por ubicación y bodega, que por cocina sería un 6.
Por cierto, los lugareños dicen que ese local está maldito (ahí fracasó la penúltima aventura de Sergi Arola) ya que en invierno es una zona desértica. Yo creo que si lo hacen bien pueden romper con esa maldición.
En instagram: #albertodeluna_elserbal
Dirección: Av. Manuel García Lago, 1E, Santander, Cantabria
Web: www.elserbal.com
Yo pagué: 100€ | Precio medio: 100€
Fecha de la visita: SEPTIEMBRE 2021