Solana es, para mí, el mejor restaurante de Cantabria, siendo uno de esos sitios donde, año tras año, siempre se disfruta.
Y digo esto porque un problema de muchos estrellas Michelin es que, un año puedes comer un menú magnífico y, el año siguiente, tocarte un menú que pase sin pena ni Gloria.
Y esto no solo lo he vivido yo con, por ejemplo, mis últimas visitas al Cenador de Amós (7.5 Lunas) o a El Portal del Echaurren en La Rioja (6.5 Lunas), sino que mucha gente me escribe contándome que ha ido a un restaurante animado por mi buena crítica y luego se han encontrado un menú totalmente diferente, con una experiencia muy inferior a lo esperado. Por ejemplo, me ha pasado en reiteradas ocasiones con gente que ha ido a Mina (10 Lunas, Bibao) tras mi crítica de 2017 y han salido descontentos. Pero también pasa al revés, con restaurantes que a mí me parecieron sin más y luego me escriben seguidores diciendo que a ellos les ha encantado, como con La Finca de Susi en Elche (6.5 Lunas) o Monastrell en Alicante (6 Lunas).
En cualquier caso, me gusta aclarar que yo no soy un organismo público subvencionado con los impuestos de los ciudadanos y a quien pedir explicaciones por ir a un restaurante con buena crítica y que luego al lector no le haya gustado. Y tampoco soy millonario, ni tengo tiempo, como para volver cada año a todos los restaurantes de España y actualizar cada crítica.
Dicho lo anterior, uno de mis valores seguros es Solana, de donde nadie a quien haya mandado allí ha salido descontento.
Y es que el dueño-cocinero, Ignacio, practica una cocina tradicional y sabrosa, con un toque moderno que siempre es necesario para optar a la estrella Michelin. Pero esa modernidad es la justa, sin que el paripé perjudique el sabor de un producto. Esa es siempre, para mí, la clave de la alta cocina.
El único fallo de Solana es que está a tomar por culo de Santander. Concretamente, por la zona de Ampuero, a 50 kms que implican 50 minutos, ya que el último tramo al restaurante es la subida a la montaña donde se encuentra la virgen de La Bien Aparecida, patrona de Cantabria. Esa distancia hace inviable ir en taxi salvo que pagues 150€ i/v; dinero que casi hasta compensa, sobre todo de noche, pues la carretera es complicada.
A cambio, lo que te encuentras al llegar al restaurante es un paisaje precioso y una tranquilidad absoluta.
Aprovechando ese entorno, el restaurante tiene grandes ventanales que dan a la montaña, por lo que es fundamental que reservéis mesa ahí, salvo que sea de noche, ya que entonces os dará igual al no verse nada.
Por lo demás, la sala es sencilla y muy campechana, como lo son Ignacio y su familia.
Los clientes, a diferencia de El Cenador de Amós donde suelen ser más estirados, aquí son variopintos, con mucha gente de la zona, lo que siempre significa que, entonces, ahí sí se come bien.
Otro de los puntos a favor de Solana es que no es obligatorio tomar menú degustación, habiendo posibilidad de carta. Eso sí, salvo que lo acordéis previamente con el restaurante, lo que no se puede hacer es que media mesa vaya a carta y la otra media a degustación, porque entonces es un caos de cocina y servicio.
Siempre os recomendaré el degustación, que encima es de los más baratos (75€), añadiendo los platos de la carta que más os seduzcan. No es que el menú degustación sea escaso, pero está todo tan rico que apetece probar más.
Como platos estrella, tenemos su Croqueta, Bueñuelo de Compango, el caviar de Ampuero (que es un pimiento verde de nivel Máximo Dios absoluto), Hijada de bonito, Ensalda bogavante, Crujiente de cochino, Ternera con clorofila, Pochas, Steak tartar.
Lo único que no nos convenció fue el Jibión, ya que se acompañaba de un fondo demasiado potente y que se comía el delicioso sabor del bicho.
De postre, la Torrija de brioche es lo que más merece la pena.
Para beber, de sumiller ejerce la hermana de Ignacio, una mujer encantadora. No os esperéis una gran bodega, pero sí suficiente y a precios moderados. Si vais con tiempo, también podéis preguntar para bajar a la bodega y así decidir mejor qué beber.
Mi comida aquí en agosto de 2018 con @gastrordinario, con un buen festival (menú más platos de carta), entre tres, salió a 200€ barba. No obstante, por 150€ puedes disfrutar de lo lindo.
Tras bastantes visitas, las 9.5 Lunas son absolutamente merecidas.
Dirección: La Bien Aparecida, 11, 39849 Ampuero, Cantabria. Telf: 942676718
Web: www.restaurantesolana.com
Yo pagué: 200€ | Precio medio: 150€
Fecha de la visita: AGOSTO 2018