Cada vez se abren en Madrid más restaurantes de moda y en 2014 una de las aperturas más importantes fue QUINTÍN, cuyo éxito desde entonces es absoluto.
Madrid es la capital por excelencia de la pijería y el postureo y por ello cualquier restaurante que realmente se ponga de moda para ver y dejarse ver triunfará. No es fácil abrir y convertirse en uno de los sitios más de moda pero si lo logras, lo petas.
Este 2014 los absolutos triunfadores han sido MARIETA y QUINTÍN.
¿Cómo ha conseguido QUINTÍN semejante éxito tan rápido? Muy sencillo: sus creadores son los del TEN CON TEN, el local de moda por excelencia en la capital.
QUINTÍN se encuentra en el Barrio Salamanca, ocupando la esquina de Jorge Juan con Lagasca. Ubicación inmejorable que conlleva una inversión solo al alcance de pocos.
La decoración –aspecto fundamental para cualquier local de moda- es bastante chula: maderas y paredes de piedra creando un rollo rústico en un ambiente muy acogedor.
QUINTÍN, aparte de restaurante, es tienda de ultramarinos que ofrece también comida para llevar y es local de copas durante la tarde, siendo lo normal que al pasar cualquier día a las 8 de la tarde veas la entrada llena de gente copeando.
Tiene dos plantas. En la primera hay una barra y zona de tapeo que se suele petar. Este espacio cuenta con varias mesas al lado de los ventanales que dan a la calle. Sin duda son las mejores para estar en el meollo del ambiente y por ello son las más solicitadas.
Luego en la planta de arriba ya solo es restaurante. Esta zona está abierta a la planta baja y las mejores mesas son las que dan a ella. También son las más solicitadas.
Para reservar mesa en fin de semana, sobre todo cenas, se necesita mínimo un mes de antelación.
Mi única visita ha sido el día 31 de diciembre 2014 a mediodía por lo que al ser vacaciones pude conseguir mesa llamando una semana antes. Eso sí, no me dieron ninguna de las “mejores” mesas.
Respecto al ambiente de QUINTÍN le pasa como al TEN CON TEN, que por no ser nada barato (50€), su público suele ser gente de 40 años para arriba.
En mi visita, abuelas, caballeros, señoras, gays y algo de famoseo barato componían la clientela.
La carta es corta, con bastantes guiños a la maravillosa Asturias, la tierra de los dueños.
Entre 4 probamos:
Fabes con centollo (21€). Sin duda lo mejor de la comida. Recomendables.
Morrillo de atún (25€). Me encanta esta pieza del atún. Muy buena calidad. Viene poco hecho, como debe ser.
Croquetas de bacalao negro (11€ / 7 croquetas). De tamaño diminuto, están ricas. Se acompañan de tomate confitado.
Rollitos de alcachofas y pato azulón (15€ / 8 piezas). Sin mucho sabor aunque no de deja de ser un entrante bastante cómodo para compartir. También viene con tomate.
Cocochas con huevo de codorniz (25€). Me gustaron.
Canelones de calamares (18€). Correctos.
De postre, una rica torrija en sidra dulce (7€).
Con 1 botella de albariño Pazo de Señoranz (45€), salimos a 206€, es decir, 50€ por barba.
No puedo terminar la crítica sin hablar del servicio que fue pésimo. En primer lugar, nos traen los entrantes demasiado rápido por lo que en 15 minutos ya habíamos tomado las croquetas, rollitos y cocochas. Entonces nos abandonan 30 minutos y nos traen los segundos. Pedimos el postre y tardan 40 minutos en traerlo. Pedimos la cuenta y ni puto caso, así que nos tuvimos que levantar y decirles que o nos cobraban ya o nos íbamos. Entonces sí que se dieron prisa.
Yo no suelo hablar del servicio y además ya sabéis que me encantan las comidas largas pero por largas me refiero a estar horas y horas comiendo, no a estar una hora en la mesa esperando.
Más vale que mejoren este aspecto porque a nosotros un pésimo servicio nos empañó una agradable comida.
Por comida le doy 7 Lunas, por decoración 8 Lunas, por ambiente se merece 9,5 Lunas ya que lo peta a diario, y por servicio le daría 3 Lunas pero como sé, por otras fuentes, que lo que me ocurrió no es lo normal, voy a dejarlo en 8 Lunas.
Una anécdota. Al lado nuestro había comiendo unas chicas guapas que, según mi madre, eran famosillas. En un momento de la comida yo bajé a la calle a fumar. Al rato aparecen las dos chicas ¡¡y salen a fumar sin cigarros!! Tócate los cojones. Me preguntan si les doy un piti y les digo que no, lo cual les dejó perplejas y les hizo cabrearse. Había que ponerlas en su sitio. Yo nunca doy cigarros a estas chicas gorronas que se aprovechan de estar buenas para ir a los tíos a pedir cigarros. Al final, un señor les dio.
Dirección: Calle Jorge Juan, 17 Telf: 917864624
Web: www.ultramarinosquintin.es
Yo pagué: 50€ | Precio medio: 60€
Fecha de la visita: DICIEMBRE 2014