Introducción común a Masako, La Chingona y Okavango
El Imperio Larrumba no para de crecer mediante la apertura de nuevos restaurantes, en lo que parece un objetivo claro de estirar sus conquistas hasta el límite y, justo antes de que pueda correr riesgo de caer, vender el grupo a cualquier fondo inversor de esos que pagan millonadas por un negocio.
Su Imperio ha conseguido alcanzar tal poder, que ya son capaces de abrir donde les dé la gana y con unas condiciones económicas únicas. Además, actúan como el PSG en futbol, pudiendo fichar a prácticamente cualquier cocinero que se les ponga por delante, ofreciéndole bastante más dinero de lo que esté ganando actualmente; algo que, normalmente, les resultará fácil de superar pues en hostelería se suele pagar poco.
Como prueba de mi relato, os expongo lo que en los libros de historia hostelera se conocerá como “La Conquista de Aravaca”.
Los emperadores del Imperio (Francisco Nicolás, Chiqui Calleja, Alonso Aznar and co.), con un conocimiento total y absoluto de los gustos del pueblo “pijo” madrileño, y sus territorios, aciertan en sus conquistas y alzan sus banderas en las zonas más afines para ello.
Así nos lo demostraron, primero, con su desembarco en La Moraleja mediante su arrocería La Sabina (leer crítica para entenderlo mejor).
Y a los tres días de esa conquista, llegó su aplastante desembarco en Aravaca.
Sin ser un cliente idéntico, hay similitudes entre el perfil del cliente de La Moraleja y el de Aravaca. Se puede decir que, el segundo, es más de “familia de toda la vida de Madrid” mientras que, el otro, es mayoritariamente un perfil más “nuevo rico”. Pese a estas diferencias, suelen tener los mismos gustos y aficiones, siendo todos ellos prototipo de “Cliente Larrumba” y esto, lo saben aprovechar y exprimir, como nadie, desde el Grupo.
Así que, para preparar la conquista de Aravaca, se fijan que, en Valdemarín, los bajos de un conjunto de edificios de oficinas están vacíos y que, además, hay un hotel que no parece funcionar muy bien. Esta zona es muy amplia y parece perfecta para seducir a los trabajadores y, sobre todo, a los cientos de vecinos y familias de la zona, esos que componen su cliente prototipo.
Larrumba lanza entonces al propietario de dichos edificios una oferta que no puede ser más sencilla: me cobras un bajo alquiler y, a cambio, te revitalizo toda la zona abriendo 7 restaurantes, todos de mi Imperio.
Y así es como Larrumba ha abierto su complejo “Rumbo Aravaca” donde nos encontramos un africano: Okavango; un mexicano: La Chingona; una arrocería: La Sabina; un indio: Bengala; y un japo: Masako.
Además, el hermano del Emperador Fernando Nicolás también ha visto en todo esto una oportunidad para montar su propio mini imperio y, mediante el grupo Lalala, ha abierto en este complejo su restaurante: La Mamona, del que me han hablado como sitio infame.
Es normal que el hermano también quiera su cachito, pues solo hay que ver el IG de Fernando Nicolás para querer llevar su vida de viajes, fiestas, motor y dinero. Aunque ojo, vivimos en un país donde la envidia es deporte nacional, y ya he oído a más de uno decir que pasa de ir a cualquier restaurante de Larrumba por no estar dispuesto a que su dinero, a cambio de una comida muy sin más, termine sirviendo para sufragar los gastos de la vida de todos estos.
MASAKO
Por ahora, he probado Okavango, La Chingona y Masako, siendo este último el que, con diferencia, más me ha gustado y del que ahora os hablo.
Solo he realizado una visita a Masako, que es la experiencia que aquí os cuento, y la verdad es que me gustó.
Masako es un restaurante japonés de una calidad muy decente y a precios accesibles.
Obviamente, nadie en su sano juicio va a ir a Masako esperando la calidad de Kappo (9.5 Lunas), Umiko (10 Lunas) o Kabuki W (10 Lunas), pero tampoco va a ir esperando pagar esos precios.
Masako te ofrece un sushi decente por menos de 50€. Su precio es inferior a su hermano Peyote San, el restaurante mexicano-japonés que tienen en Colón y que todas las críticas coinciden en que es un sitio demasiado caro para la calidad que sirven. Claro que el cliente debe entender que, cenar en pleno Colón en un local donde puedes coincidir con CR7, siempre será más caro que cenar en una zona de oficinas de Aravaca.
Además, como es signo de identidad del Imperio, Larrumba quiere que te comas ese sushi en un sitio agradable, bien decorado, con buen ambiente y, además, con posibilidad de terraza si hace buen tiempo, para así poder acabar la cena tomándote tus copas con unos cigarritos.
Y eso es Masako, ni más ni menos.
En mi visita probé unas buenas Ostras con Bloody Masako y con Ponzu (4,90€ /ud).
En nigiris, y copiando fórmulas de Kabuki o Umiko, probé el de Huevo con trufa (6,90€); Toro flambeado con confitura de higos y sal de jamón (10,50€); Atún con salmorejo (8,50€); Pez mantequilla con trufa (6,90€); Temaki de toro (9,90€). Todos estaban buenos.
Como plato más contundente, probé la Barriga de cerdo Hong-Kong (13,90€) que estaba rica de sabor aunque la carne resultara un poco dura y seca.
De postre, su famosa Tarta de cumpleaños (5,90€) que a todo el mundo gusta.
Con una botella de blanco (17,50€) y sin haber comido mucho, salimos a 90€ entre dos, lo que hacen 45€ barba.
Por eso, compartiendo todo, lo normal aquí es no pasar de los 50€ barba.
Ya sabéis que mi teoría es siempre recomendaros ahorrar un poco e invertir 80-90€ en un Kappo o Umiko antes que gastar 45€ en un japonés como Masako.
Pero también entiendo que, si apenas bebes, no comes mucho y andas justo de pasta, te quedes feliz con cenar en Masako gastando 35€.
Yo debo reconocer que, si viviera en Valdemarin, puede que Masako fuera un sitio que frecuentaría bastante para cuando tuviera “días sushi”, como dirían los cracks de Pantomima Full. https://www.youtube.com/watch?v=9Apaeq-j69c
Y si Masako estuviera en Madrid, le daría 8 Lunas.
Dirección: Camino de la Zarzuela 23. Aravaca, Madrid.Telf: 910883959Web: http://rumboaravaca.com/masako/index.html
Yo pagué: 45€ | Precio medio: 45€
Fecha de la visita: SEPTIEMBRE 2017