Viaje este verano 2015 por la costa oeste de USA y parada de 3 días en San Francisco, considerada una referencia culinaria junto a NY y Chicago.
Como debe hacerse en cada ciudad que uno vista, quise probar al menos uno de sus mejores restaurantes. En este caso, como la guía Michelín sí puntúa en San Francisco, me fijé que hay dos con 3 estrellas: este y Saison.
Mi primera opción fue Saison pero tras consultar por Twitter me entero que lo normal es pagar 800$ por barba. Lo curioso es que leía por internet varias críticas de Saison y en ninguna te hablaban del precio, surrealista. De hecho, según algunos usuarios de Twitter el precio de un restaurante no es algo relevante. Tócate los cojones Mariloles.
Descartado Saison, reservo en Benu. Las reservas se abren justo un mes antes del día que quieras ir y debes dar la tarjeta de crédito como fianza.
En Benu solo hay menú que cuesta 248$ así que el paleto de mí no leyó la letra pequeña y pensé que era un precio asumible.
Reservamos lo más tarde que nos dejaban, 20:30. Estos americanos cenan muy pronto y como pienses lo típico de “va, qué coño, llego a las 21:15” te quedarás sin cenar. Para los yanquis cenar a las 21:30 es como para nosotros cenar a las 23:30.
El restaurante por fuera es muy chulo ya que está en típica calle de rascacielos con oficinas y destaca por su estructura de ladrillo cubierta de plantas y sobre todo por su cocina con grandes ventanales abiertos a la calle.
Muy chulo por fuera. Una mierda por dentro.
Y es que tras pasar el bonito patio y entrar en el restaurante te encuentras con una sala bastante oscura, sin apenas decoración y sin ningún tipo de elegancia.
En España cualquier sala de un 3 estrellas suele ser muy amplia, luminosa, con mucha separación entre la mesas, y donde se respira elegancia.
Pues aquí no. No es que fuera cutre pero era un ambiente totalmente frío y nada acogedor.
Cuando reservé en Benu iba con pocas expectativas pero cuando vi la sala ya pensé: “me la van a meter doblada y la comida va a ser sin más”. Y así fue. Hoy, un mes después, aun me duele el machete que me clavaron en la espalda esa noche.
Éramos dos y nos sentaron al lado de otra pareja que ya estaba en los postres. ¡20:40 y estaban en los postres!
La mesa podría ser de Ikea. Ni era grande ni bonita. Encima está limpia, es decir, sin mantel, copas, cubiertos ni adorno alguno por lo que todavía parecía más sosa.
Al haber solo un menú no había que comerse el tarro para elegir.
Cosa distinta era los vinos. Los precios de los vinos en USA, sean nacionales o europeos, son caros de cojones. En plan que un Pesquera te puede costar allí 180€ cuando aquí cuesta 35. Exagerado.
Lo que no tiene sentido es que los propios vinos americanos sean igual de caros o más. Nosotros queríamos un blanco y un tinto de Napa Valley. Los más baratos en carta no bajaban de los 100$.
Llega el sumiller y afortunadamente habla español ya que estuvo viviendo en Logroño y en Madrid. Nos recomendó muy bien un chenin blanc Chapppellet 2013 (80$) y un pinot noir Chanin a 130$.
Hablando con él nos contó que el 90% de los clientes americanos no beben vino. Y efectivamente, los que teníamos a nuestro alrededor estaban bebiendo agua.
De la comida no os voy a describir cada plato porque además, como los camareros te explican los ingredientes a toda hostia, es imposible enterarse de algo. Lo mejor es asentir con la cabeza haciendo como que te enteras, decir thanks y a comer.
Aquí sirven alta cocina con influencia francesa, china y japonesa.
La presentación de los platos es la típica de un estrella michelín, es decir, cierto paripé, platos que se comen de un bocado, platos que se rematan en la mesa, caldos, etc.
El menú es relativamente largo, 2 horas aproximadamente.
La media general de los platos es de bien/notable. Ninguno era memorable.
Muy ricos los postres.
En condiciones normales, es decir, si esta misma comida fuera a un precio estándar de 170€ aprox, lo normal es que se llevara unas 7 Lunas.
Pero amigos, esta cena me salió por 460$ por barba, es decir, 415€, convirtiéndose así en la puta cena más cara jamás pagada por mí.
Lo que los payasos gastronómicos llaman el “fine dining” en USA cuesta, no un huevo, sino los dos, y es que al precio de menú (248$) hay que sumarle 141$ de service charge y 74$ de impuestos, lo que junto a los vinos que fueron 210$ -siendo casi los más baratos-el total hizo 921$ entre 2.
Me la sopla que Benu esté en San Francisco y que sea una ciudad más cara que cualquiera de España. Me la sopla que el “fine dining” de los cojones sea caro en USA. Aquí lo importante es que el Celler de Can Roca, nº 1 del mundo, yendo a dolor, te cuesta 400€ y la diferencia de sala, servicio, ambiente y sobre todo comida con Benu es tan jodidamente abismal que es vergonzoso.
Pero no solo en España el Celler, Azurmendi o Diverxo se mean sobre Benu costando mucho menos, si no que hasta en Londres, ciudad cara al nivel de San Francisco, sitios como Hedone se mean en Benu y no cuestan 400€. Por no hablar de París que se remea en Benu.
Por este simple motivo le bajo de 7 Lunas –nivel cocina- a 3 Lunas ya que, o te sobra mucho el dinero en plan que 400€ te supongan calderilla, o el común de los mortales pagará 400€ en Benu y saldrá cagándose en sus muertos.
Y otra cosa, la guía michelín sirve en España para conocer sitios nuevos y por lo general suele acertar con la puntuación, pero es vergonzoso que no utilice un mismo criterio para todos los países. No sé si es que les caemos mal o qué coño pero Benu en España tendría una estrella; y si le das tres estrellas, entonces dáselas a 20 restaurantes más de España.
Dirección: 22 Hawthorne St. San Francisco (USA)Tlf: 4156854860Web: http://www.benusf.com/
Yo pagué: 415€ | Precio medio: 400€
Fecha de la visita: Agosto 2015