San Sebastián

MARTÍN BERASATEGUI

Tras mi segunda visita a Berasategui, y tras haber visitado en el último año Arzak y Akelarre, me han quedado claras varias cosas:

 

1. Los tres triestrellados de San Sebastián están sobrevalorados.

 

2. Viven de rentas pasadas. Nadie duda que en su momento Subijana, Arzak y Berasategui fueron unos revolucionarios y que la cocina actual les debe muchísimo pero eso no es suficiente para mantener a día de hoy las tres estrellas.

 

3. Viven del tirón que tienen con los guiris. Gracias a la cercanía de San Sebastián con Francia, la clientela de estos tres restaurantes es en un 90% extranjera: franceses y japoneses principalmente. En las guías y revistas para extranjeros, estos restaurantes les aparecerán como tres de los más grandes de la historia y eso hace que pierdan el culo por ir. Ojo. El hecho de que vaya tanto guiri implica que van a cenar pronto por lo que a partir de las 00:00 no queda ni Perry en el restaurante.

 

4. Los precios que tienen son desorbitados. Los menús rondan los 200 € y luego te meten clavadas por café a 6 € o copa de cava a 16 €. La cuenta final estándar rondará los 250 €, lo cual es una barbaridad.

 

5. Los comparas con otros tres estrellas como Azurmendi, Celler de Can Roca o DiverXo y joder, estos juegan en una liga muy superior.

 

6. De los tres triestrellados de San Sebastián, de merecer uno la pena, ese sin duda es BERASATEGUI.

 

Os cuento por tanto mi última experiencia.

 

Todo amante de la buena comida debe visitar San Sebastián una vez al año como mínimo.

 

En mis últimas visitas siempre he jugado a cenar un día en un triestrellado (cosa que ya nunca más volveré a hacer), cenar otro día en Zuberoa (mi favorito) y comer un día en alguno novedoso y moderno (Narru, Xarma, Kokotxa).

 

A Berasategui hay que ir en taxi y te costará unos 25 €.

 

Situado dentro del típico caserío vasco, el restaurante es bastante grande. Realmente cualquier mesa es agradable, siendo preferible estar cerca de ventana si vas a comer (por la noche no se ve nada).

 

Suele llenarse pero no hace falta reservar con mucha antelación, con 3-4 semanas es suficiente.

 

El servicio es digno del mejor tres estrellas. De hecho hay más camareros que comensales. A mi tanto camarero pendiente de uno me agobia pues se pierde intimidad. De repente sin darte cuenta tienes un camarero por tu flanco derecho y te descuidas y tienes otro por el lado izquierdo. Hay que cenar con retrovisores.

 

En Berasategui se puede comer de carta o de menú. Yo siempre recomiendo el menú pero debes tener en cuenta lo siguiente.

 

Si eliges carta, que sepas que los platos tienen dos precios: o 42 € o 68 €. Cágate. Los postres cuestan 30 €. Vuélvete a cagar.

 

Si optas por el Menú, este cuesta 195 €.

 

Precios estratosféricos que se podrían justificar si la comida fuera una locura pero no es el caso.

 

Sentados en la mesa nos preguntan si queremos beber algo de aperitivo. En este tipo de sitios yo siempre os recomiendo decir que no, pues la ostia que os van a meter va a ser severa. Pero como sabéis que en casa de herrero cuchillo de palo, yo pedí una manzanilla que me cobraron a 9 € y mi amiga pidió una copa de cava que le cobraron a 16 €. Acojonante. ¿Sabéis que en el Celler te invitan al cava de bienvenida? Pues eso.

 

Empieza el Menú.

 

Aperitivo de crujiente de mar en tempura y kumquat (naranja china) con aguardiente de patata, aceituna y anchoa. Bocados diminutos que ni se aprecian.

 

Milhojas caramelizado de anguila y foie. Este es el plato insignia de Berasategui y está muy rico.

 

Royal de gamba roja. Servido a modo de sopa sobre una espuma. Muy rico.

 

Ostra con pepino, kafir (lima) y coco. Bueno.

 

Ajo negro, ceviche de remolacha y granizado de rábano. Empieza el festival de las verduras y hortalizas en Berasategui. No estaba malo, pero este plato te lo ponen en carta en un restaurante normal, y no lo pediría ni el tato. Por algo será.

 

Algas crudas y cuajada de erizos con ensalada de hinojo. Lo importante de este plato es el maravilloso sabor del erizo que no necesita tanta floritura.

 

Tallos de espárragos verdes ligados con suero de Idiazábal y matices anisados (anís). Pues eso, un espárrago verde dentro de un menú de 195€.

 

Huevo sobre ensalada líquida de hierbas y carpaccio de papada. Como veis, a cualquier plato hay que meterle verde, aunque no pegue. El sabor del huevo con la papada salva el plato.

 

Ensalada de tuétanos de verdura con marisco, crema de lechuga y jugo yodado. Plato precioso en presentación y flojo de sabor. El marisco, no me jodas, es casi inexistente.

 

Taco de lubina con marinera de percebes. Muy rico.

 

Pichón. Absolutamente todos los menús de los triestrellados donostiarras incluyen el pichón como plato de carne, y si bien es cierto que está muy rico también lo es que está muy visto.

 

Todos estos platos, que no son pocos, los sirvieron a un ritmo bastante alto. Incluso pedimos que fueran más despacio. Nos dijeron educadísimamente que por supuesto. Ni puto caso.

 

Teniendo en cuenta que más de un 80% de los clientes eran guiris, cuando nosotros llegamos a las 22:00 a cenar, ya muchos estaban en mitad-final del menú.

 

Llegamos así a los postres, 00:00 horas, con el restaurante casi vacío.

 

El primer postre es un gin tonic de menta reposado en pepino y limón. Muy flojo.

 

Y el menú acaba con una esponja de cacao crujiente con granizado de whisky y judía verde. Sí sí, judía verde. Deliciosa la esponja que recomiendo tomar sin mezclar con el resto de ingredientes.

 

00:20 y el restaurante ya estaba totalmente vacío a excepción de una parejita de españoles que al menos mantenían el pabellón alto.

 

Para acompañar los petit fours nos tomamos un par de cafés a 6 €.

 

En esos momentos podíamos tener detrás de la mesa a 5 camareros observándonos esperando a que termináramos.

 

Entre eso y que una copa seguramente costaría 45€, decidimos pedir la cuenta e irnos.

 

Con tres botellas de vino para cuatro (Rioja Vivancos a 45€, Riesling Tonel 17 2012 a 45 € y chablis a 50€), la cuenta final ascendió a 1.066 €, es decir, 260 por barba.

 

Puñal de los que dejan huella y que se queda grabado junto al que me metió Arzak hace menos de un año.

 

Yo sinceramente creo que, pese a tener 32 años, ya he visto demasiadas cosas en este mundo como para volver a un triestrellado en San Sebastián a gastarme ese pastizal (la cena en Zuberoa al día siguiente me costó exactamente la mitad).

 

Por eso puedo anunciar oficialmente que con esta visita a Berasategui cierro mi etapa en las viejas glorias vascas Subijana-Arzak-Berasategui.

Dirección:

Web:

Yo pagué: 250€ | Precio medio: 250€

Fecha de la visita: Noviembre 2014

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