Ya sabéis que vivo deseoso de conocer nuevos restaurantes y si además en teoría tienen una cocina fusión mi empalme es absoluto.
Mi último descubrimiento se llama BACIRA del que había oído hablar por twitter a uno de los chefs de Nakeima. Si un Nakeima, que son Dios, dice que le gusta un sitio que hace cocina fusión, hay que ir corriendo a conocerlo. Posteriormente ha salido ya en bastantes medios, especialmente El Mundo, lo que le ha dado un empujón considerable para conseguir llenos: http://www.metropoli.com/comer/2014/09/05/54085c4d268e3edd6c8b458b.html
Al frente de Bacira están tres jóvenes cocineros curtidos en los fogones de Nikkei –y en otros sitios como Celler, Kabuki, 99 sushi bar, etc-.
Me gusta mucho que gente joven monte nuevos restaurantes –véase Nakeima o Montia- pues les gusta romper con las reglas y el formalismo a cambio de proponer conceptos originales y divertidos.
El local es rollo techos altos y columnas en medio. Los tonos blancos hacen que de sensación de algo frío.
La cocina que aquí venden es una fusión entre Asia y Mediterráneo. El concepto a día de hoy no es nuevo. Sitios como Nakeima o Candela, entre otros, ya utilizan esta fórmula, y por ahora con mejor resultado. Y es que en mi visita no vi mucha fusión en el Menú que nos sirvieron.
Cierto es que lo visité casi nada más abrir y tengo pendiente una nueva visita por lo que mi crítica no es fiable al 100%.
Para la cena hay dos opciones, o pedir a la carta o tomar su menú degustación al precio de 40 €. Al mediodía tiene un menú de 2 platos y postre a 13,90 €.
En carta, casi todos los platos pueden tomarse en medias raciones, lo cual siempre se agradece. Los precios de las raciones oscilan entre los 8 y los 22 € y las medias entre 5 y 10 €.
Por servicio de mesa te cobran 1,50 €. A mí siempre me ha parecido feo ese detalle en la cuenta. Queda más elegante camuflar ese 1,50 en el precio del menú o de los platos a cobrarlo así a pelo. Es algo personal.
Lógicamente, para una primera visita había que probar su menú degustación.
Antes de empezar a hablar del Menú debo explicar que aunque este varía con frecuencia, está compuesto únicamente a base de los mismos platos que puedes pedir de carta por lo que el Menú no ofrece nada original y diferente sino que su único sentido es puramente económico, permitiendo probar 4 platos, que además no los eliges tú sino el chef, que a carta saldrían a unos 50 € por un precio cerrado de 40 (en mi visita este menú costaba 30€).
Yo a este tema le daría una vuelta, metiendo en el Menú platos que no estén o no suelan estar en carta, es decir, incluir creaciones nuevas que les vayan surgiendo y que dependan un poco del producto que haya en el mercado cada día. Es una forma de potenciar el Menú y enganchar a la gente a volver para probar cosas nuevas.
Que el menú sea que el chef elija por ti qué platos de la carta vas a tomar, no le veo sentido.
El Menú empieza con un aperitivo de melón con sal, pimienta y corteza de limón. Refrescante.
El primer plato es una bomba: foie, vainilla, chocolate blanco, pedro ximenez y brotes. Servido en una tacita de café bombón, me gustó bastante aunque puede resultar empalagoso. Me recordó mucho a un postre de Els Brancs (1 estrella en Roses) que servían en copa de martini. Quizás como pega decir que está demasiado consistente, un toque más cremoso y ligero y el foie más atemperado podría venirle bien.
Pasamos al mejor plato del menú, Anguila ahumada con ricota, tomates secos, brotes tiernos y quinoa crispy. Fantástica la mezcla. Sobresaliente.
Continuamos con un Pulpo a la parrilla ligeramente ahumado y espuma de patata y butifarra negra. Buen sabor. Lo que no veo que encaje mucho es la butifarra negra. Mezclada con el puré de patata está muy rica pero todo mezclado, a modo de mar y montaña, no lo veo. Yo al final me comí la butifarra por un lado y el pulpo con la patata por otro.
Y el menú acaba con la Albóndiga guisada de rabo de toro con puré especiado. Te lo sirven con un cubreplatos de cristal que te lo destapan en la mesa para expulsar el humo con el aroma del plato. Algo muy visto y que aporta poco pero que siempre queda bien. Me gustó.
Como el menú nos pareció poco y nos apetecía probar algo más, pedimos de carta un Gazpacho de cereza con helado de jengibre y tartar de langostinos (9 €). Gran acierto porque estaba riquísimo.
También tomamos el Huevo a 65º con sus migas, patatas y chorizo (8 €). Plato contundente. Muy rico.
De postre, el Menú incluía el Pan de especias con chocolate, helado de naranja, aceite, pimienta y sal. A mí personalmente no me apasiona la mezcla del chocolate con aceite y además el chocolate con naranja es poco original. Simplemente correcto.
Con varias copas de vino sueltas –por copas tienen 3 blancos, 2 tintos, un cava y champagne- la cena, entre dos, salió a 96 €, es decir 48 €. Actualmente, con la subida de precios antes comentada, esta misma cena habría salido a 58€.
La calidad de la comida me ha parecido buena y sobre todo prometedora. La carta es amplia y hay cosas muy apetecibles que probaré en mi inminente próxima visita.
El conjunto de la relación calidad-precio es desde luego uno de sus puntos fuertes.
Dirección: Calle Castillo 16, 28010 Madrid918 66 40 30http://www.bacira.es/
Yo pagué: 48€ | Precio medio: 55€
Fecha de la visita: 2014