Es considerado el templo de la casquería en Londres y por eso ha sido premiado con una estrella michelín, lo cual me parece de coña. Se come genial en St. John pero de ahí a tener una estrella hay un mundo, o, si la tiene, en España tendrían que salir estrellas por todos lados como por ejemplo en La Tasquería. Esto es un ejemplo más del sin sentido de los michelín y su distinta vara de medir según el país.
St. John es un sitio muy curioso que merece la pena conocer y os cuento por qué.
Cuando llegues seguramente verás toda la entrada llena de gente joven en la calle tomando un vino y es que, como St. John también es bar, es muy famoso para irse de vinos.
La entrada a St. John se encuentra al fondo, cruzando esa especie de patio donde se agolpa la gente con sus copas.
Nada más entrar está la barra y unas mesas que imagino serán para beber -y no para cenar- y al fondo está su famoso horno de magdalenas ya que también es bakery.
El restaurante se encuentra subiendo las escaleras. Es bastante grande y es tal cual típica sala de psiquiátrico donde estarían todos los tarados de “Alguien voló sobre el nido del cuco”. Muy muy curioso. Además los camareros van con batas blancas por lo que no puede causar más sensación de loquero.
El local es tan feo que me gustó.
Gran parte de las mesas están totalmente juntas por lo que compartirás codo con el de al lado. Por eso, al reservar, intenta pedir mesa separada que, aunque hay pocas, sí las hay.
Se pone hasta arriba por lo que reserva con un mes de antelación. Doblan turnos así que sobre las 21:30 es más fácil conseguir mesa.
Ambiente principalmente joven y en general bastante elegante.
Servicio nada formal, absolutamente impropio de un estrella michelín.
Precios muy muy baratos para ser Londres y calidad muy alta, mezcla que explica su éxito.
Como ocurre en prácticamente cualquier restaurante de Londres, siempre habrá un camarero que sepa español así que yo siempre lo primero que hago cuando me sientan es preguntar por él.
Aquí nos atendió una simpatiquísima chica que además nos explicó perfectamente qué pedir para los cuatro que éramos; si no llega a ser por ella nos hubiera resultado bastante lioso la verdad.
Para cuatro, pedimos:
Roast bone marrow –tuétano- (8,90£). Se sirve con una ensalada y una tostada para untar. Delicioso.
Ox liver –hígado- (8,30£). Muy rico.
Grouse (38£). Servida entera, es para cogerla con las manos y limpiar hasta los huesos. Impresionante.
Devilled kidneys –riñones- (17,20£). Ojo con este plato que huele a pura moñiga por lo que no es apto para cualquiera. Su sabor además es fuerte de cojones. Me encantó.
Grilled ox heart –corazón de vaca- (17,80£). Un clásico. Muy bueno.
Welsh rarebit (6£). Es un acompañante que consiste en una tostada con queso derretido y está brutal.
De postre prueba sus magdalenas (4,50£ / 6).
Carta de vinos con precios que no se van por las nubes, pudiendo pedir cosas ricas por no más de 45
Toda la cena, para cuatro, con 2 botellas de vino, salió a 207£ que son 268€, es decir 67€ por barba.
Para ser Londres, ser un estrella y comer tan bien, me parece un precio estupendo.
No le doy 9 Lunas porque el local puede resultar incómodo pero por relación calidad-precio se llevaría incluso 9,5 Lunas.
Absolutamente recomendable aunque mi favorito de Londres sigue siendo la barra de Hedone.
Dirección: St. John, 26Telf: + 44 2072510848Web: https://www.stjohngroup.uk.com/
Yo pagué: 67€ | Precio medio: 60€
Fecha de la visita: Septiembre 2015