Las nuevas aperturas de restaurantes en Madrid, se centran actualmente en: o abrir sitios de moda con decoración chachiguay y comida de mierda, o restaurantes de fusión asiática.
No Na Me pertenece a esta segunda categoría y mi primera visita ha sido bastante desastrosa.
Como fusión asiática el Rey absoluto es Nakeima (10 Lunas) junto a StreetXo (9 Lunas).
Otros que lo hacen francamente bien son Chuka (8 Lunas), a quien visitaré pronto para, seguramente, subirle las Lunas, o Sudestada (8 Lunas), que tiene platos de 9.5 Lunas.
Luego hay quienes, como Ronda 14 (8 Lunas), no lo hacen mal y además, por sus bajos precios y buen ambiente, suben Lunas.
Para el pueblo tenemos también el famoso Yakitoro de Chicote (8 Lunas), quien tiene bastante peor calidad pero cumple perfectamente su función de dar a conocer este tipo de comida a los bolsillos más ajustados.
Y por último, tenemos quienes lo hacen mal, como Pajarita (4 Lunas), Pink Monkey (6 Lunas) o Arts Club (9 Lunas), si bien este último solo vale por ser garitazo de copas porque, gastronómicamente hablando, no vale un cagao.
No Na Me, que acaba de abrir, se queda, por ahora, en esta última categoría aunque, si se ponen las pilas, creo que tienen potencial para alcanzar al menos las 7 Lunas. Ya aviso que hasta dentro de varios meses no volveré y así dejo que rueden mientras.
El local de No Na Me es muy chulo y mejor que Nakeima, aunque, en comer, Nakeima se come a Noname con soja (lo siento pero la comparación No Na Me vs Nakeima es inevitable).
No admiten reservas pero tranquilos que esto no es Nakeima.
Tiene una entrada a modo de terraza donde, por ahora, se puede fumar.
Cuenta con una barra con 8 taburetes -donde cenamos nosotros- que resulta bastante incómoda. Primero, porque los taburetes están anclados al suelo por lo que no puedes moverlos y además quedan lejos de la barra. Ante esto me pregunto quién fue el lumbreras que, al decorar el local, tuvo esta brillante idea de pegarlos al suelo y encima lejos de la barra. Además a los taburetes les falta un reposa pies, que siempre se agradece. Además, los tres sitios de la zona derecha de la barra tienen unos bordes que cortan al apoyar el brazo para comer. Aunque nos cambiamos a una zona donde no se nos rajara el antebrazo, acabamos cenando de pie.
La zona de la barra no tiene ningún atractivo ya que en esa zona no se cocina, que es lo que mola ver cuando eliges barra. Ahí solo vive el coctelero.
Luego están las mesas normales que, visto lo de la barra, desgraciadamente es la mejor opción para disgusto de la gente de barra como yo.
Siendo tres, les pedimos probar un poco del mayor número posible de platos:
Edamame muy rico de sabor pero se despellejaba demasiado.
No Na Me Salad (que queda mejor que decir ensalada) (8€). A base de wakame, salmón, kimchi y tobiko. Estaba bueno. Perfecta para compartir.
Salmón Taco con salsa acevichada (8€). Vienen dos tacos en una tortita frita. Agradable pero que no dice nada.
Rock Shrimp Tempura (15€). Vaya estupidez el poner el nombre en inglés. Es una tempura de langostino tigre que imita a la de 99 Sushi Bar (9.5 Lunas) y que queda bastante lejos de esta (24€).
Nigiri de pez mantequilla (7€ / 2 piezas). Somos tres y nos ponen 2 piezas. Son detalles que no deberían pasar. Correcto, nada especial.
Nigiri Hamachi (8€ / 2 piezas). Suscribo lo dicho para el pez mantequilla.
Arroz pegado con steak tartar (12€ / 4 piezas). Me gustó el arroz pegado pero no funcionaba con el steak tartar que pasaba totalmente desapercibido.
Wayega Burguer (7€). Lo mejor de la cena, que, aunque tampoco es un mérito visto el bajo nivel general, sí que debo decir que estaba cojonudísima.
Costilla de ternera (30€). Se vende para 2-3 personas aunque realmente es para 4-5, si es que queréis cenar más platos de la carta. Estaba bien pero era tan grande la ración que cansaba. Por eso solo lo recomiendo si sois mínimo 4.
Ventresca teriyaki (18€). HORRIBLE. PARA DEVOLVER A CORRALES. Seca, chiclosa, mal de sabor…un puto desastre. Mira que he probado ventrescas, pues esta es la peor sin duda. De hecho los 3 hemos acabado jodidos del estómago y no descartamos que fuera por culpa de esto.
De postre, el tiramisú (6€) que, con el toque japonés de bizcocho de té matcha, no dice nada.
Lo mejor sin duda de No Na Me es su carta de vinos, que puede competir perfectamente con la de Atrio, Celler (10 Lunas) o Santceloni: 2 blancos y 2 tintos que no conoce ni su puta madre, y 2 champús Robert Moncuit que no sé quién los pedirá en un sitio como este. Nos dijeron que como sólo llevan abiertos un mes, aún no han podido desarrollar la carta de vinos. Vaya estupidez. Cuando se decide abrir un restaurante es porque ya está todo listo y si no, espera a abrir, pero abrir a medias es tontería. ¿Y qué cuesta tener al menos 10 vinos con 2-3 reconocibles para el común de los mortales? Ya sé que hoy en día lo cool es meter vinos originales con denominaciones de origen rarísimas pero es que olvidamos que tenemos unos Albariño, Rueda, Rioja o Ribera clásicos que por 20€ en carta gustarán a cualquiera que no quiera meterse un Jumilla o un ecológico de mierda.
Pidiendo más de media carta, salimos a 57€ y es que, aunque parezcan precios bajos y por menos de 30€ puedes cenar, realmente para no quedarte con hambre debes gastar más de esos 30€.
Por cierto, ritmo de servicio muy rápido de modo que en 40 minutos puedes haber cenado.
Hemos estado debatiendo cuántas Lunas ponerle y, además, lo he comentado con otros amigos que fueron hace dos semanas, y finalmente voy a dejarlo en 5 Lunas. Algunos me piden que les suspenda por ser un quiero y no puedo y otros, en cambio, le dan 6 Lunas.
No les suspendo porque llevan un mes y veo cierto potencial pero de verdad que se ponen las pilas o vivirán sin gloria alguna.
Dirección: Alberto Aguilera, 5
Yo pagué: 57€ | Precio medio: 35€
Fecha de la visita: MAYO 2016