Si algo gusta a todos es una buena chuleta, sobre todo a los tíos, siendo los asadores una de las opciones favoritas a la hora de elegir un restaurante para una cena de colegas.
En Madrid son muchos los restaurantes que la ofrecen, pero no todos dan la talla.
Las mejores chuletas de Madrid, para mí, son: Taberna de Elia (Pozuelo), Taberna Pedraza (9 Lunas), Askuabarra (9 Lunas), Toque y Estoque ( 9 y 8.5 Lunas), Vaca Nostra, Julián de Tolosa, y Pelotari.
En este 2018 llegó Carbón Negro (9 Lunas), como primer restaurante en la capital donde tomar una buena chuleta en un sitio de moda y con gran ambiente. Normalmente los otros asadores son sitios más “serios”.
Y junto a Carbón Negro, otro nuevo local “de moda” que viene a intentar ofrecer buenas carnes es Charrúa, del que ahora os hablo.
Charrúa es originario de La Coruña, cuyos socios, ante el éxito de allí, se lanzaron hace unos años a abrir en Madrid Cannibal Raw Bar, un local muy chulo donde ofrecen una cocina donde priman las carnes y pescados crudos o semicrudos, y que no me acabó de convencer.
Ahora abren su segundo local, justo enfrente de Cannibal, y que copia el concepto de la casa madre de Coruña, centrándose en las carnes a la brasa.
El local tiene una ubicación magnífica, en calle Almirante con Conde Xiquena, una de las mejores zonas de Madrid, y su decoración es muy bonita, haciéndolo un sitio sumamente acogedor.
El restaurante es bastante oscuro. En su entrada hay una pequeña barra donde puedes comer mirando a las brasas. Esta zona me encantó. En mi próxima visita me gustaría cenar ahí, me pareció el sitio perfecto donde resguardarte cualquier noche de invierno.
En mesa, mi recomendación son las que están pegadas a las ventanas, aunque, en general, cualquier sitio está bien.
Buen ambiente, con bastante gente joven a partir de la noche de los jueves. En líneas generales, se le podría considerar un sitio cool.
Respecto a la comida, aparte de las carnes, tienen varias verduras a la brasa y alguna ensalada por si, como me ocurrió a mí, uno de tus acompañantes resulta ser vegetariano.
Obviando las ensaladas, de la parte de verduras tienen unas Alcachofas que están bien. Aunque su temporada sea invierno, esta verdura la tienen todo el año gracias a que las conservan confitadas. En cualquier caso, yo las pedí obligado, por lo que en otra visita las obviaría.
Sí que está muy rico el Boniato a la brasa, que lo puedes pedir para acompañar la carne. En cambio, simplemente correctas las Patatas fritas con trufa.
Y pasamos a lo que aquí importa, y que se supone es la especialidad del restaurante: las carnes.
En Charrúa ofrecen carnes de distintos países: USA, Uruguay/Argentina, Australia, Holanda/Alemania, y España.
Así visto en carta resulta bastante atractivo, queda muy bien. Por el contrario, el resultado deja bastante que desear.
Con el objetivo de probar tres tipos de carne diferentes, ya que, en principio, y a excepción de la Rubia gallega y del Tomahawk, pueden pedirse individualmente, le dijimos al camarero que nos recomendara las tres mejores que tuvieran. Asumo que, si voy a cenar a un restaurante de carne, el camarero estará formado en la materia y sabrá aconsejar bien.
Nos recomendó entonces empezar con un Bife chorizo de novillo argentino, para seguir con el Lomo alto Black Angus de Nebraska, y acabar con el Simmental alemán.
De entrante, pedimos el Chorizo criollo (4.50€) y las Mollejas a la brasa (12€). Mereció la pena. Estaba rico. Más sabroso que una cebolla o un calabacín a la brasa, desde luego.
La primera carne que llegó, el Bife, apenas tenía sabor. Me pareció más propia de un Amazónico (9 Lunas) o un Rubayat. Absolutamente prescindible.
Pasamos al Black Angus, y otra vez lo mismo. Mejor que el Bife, pero también bastante insípida. Estas dos son carnes que gustarán a un público muy “amateur” o que va a Charrúa por ser un sitio cool, pero que no satisfarán al que espera comer una carne excelente.
Fue en este punto cuando apareció el dueño de Charrúa, Nacho, un tipo encantador. Al preguntarnos que qué tal íbamos, le contamos que flojo, ya que habíamos pinchado con las dos primeras carnes. Le seguimos comentando que habíamos ido a Charrúa esperando carnes sabrosas y potentes, y no carnes que se pueden comer en otros muchos sitios sin interés.
Nos dijo que, efectivamente, esas dos son carnes fáciles, para todos los públicos, pero que no tienen ningún interés si eres amante de la buena carne. Muy amablemente accedió entonces a no cobrarnos el Bife y el Black Angus y proponernos un Lomo Simmental y luego terminar con la Rubia gallega.
Y entonces ya la cosa mejoró. El Lomo Simmental estaba sabroso y muy bien de punto. Sin embargo, como luego me pasaría en Taberna de Elia, el Simmental es una carne que me parece prescindible si lo comparo con el sabor y potencia de la Rubia gallega, aunque, por ejemplo, fue la que más gustó a mis acompañantes.
Y así fue como, para mi gusto, la Rubia gallega de Cárnicas Lyo me pareció la mejor carne de la noche. Sabor muchísimo más potente y con más grasa. Muy rica.
Al final, es importante ir probando los distintos tipos de carne para saber cuál es la que más te gusta. Hay quien puede preferir carnes insípidas como el Bife, otros pueden querer carnes planas como el Black Angus, otros preferir algo más sabroso como el Simmental, y otros, donde me incluyo, pueden querer la potencia de la carne nacional, sea vaca gallega o ya el Máximo Dios, que es el buey gallego.
De postre, os gustará el Volcán de dulce de leche o el Flan de mascarpone.
Para beber, carta de vinos simple con tintos de La Rioja o Ribera bastante clásicos y que van desde los 20 a los 100€. Suficiente.
Al final, la cuenta, con tres botellas de vino, y obviando la parte de la vegetariana, salimos a unos 70€ por persona que, más o menos, considero que es el precio medio aquí si quieres buena carne.
Por su ubicación y lo bonito del sitio, seguramente repita este invierno, cosa que, seguramente, no haría si Charrúa fuera un local sin gracia y por Cuatro Caminos. Y esa es la diferencia con Taberna de Elia, que aun estando en Pozuelo y en un local humilde, merece totalmente la pena el viaje hasta allí.
Cierra lunes y domingo noche.
Dirección: Conde Xiquena 4. Telf: 912791601
Yo pagué: 70€ | Precio medio: 60€
Fecha de la visita: SEPTIEMBRE 2018