Acaba de ganar el premio Metrópoli (El Mundo) como mejor restaurante de Tapas en Madrid y además sale en muchos reportajes como tasca de moda.
Tan bien hablaban de este sitio que había que ir a comprobarlo.
El día elegido fue un jueves noche y llamando con un día de antelación me dieron mesa. Para fin de semana se suele necesitar más de una semana.
Al llamar, me avisaron que la mesa que me daban era una junto a la puerta. Como no conocía el local, les pregunté que qué coño significaba esa especie de advertencia y me dijeron que nada, que solo era un comentario.
Obviamente cuando llegué al sitio comprobé que la mesa era una putísima mierda pero es que el resto de mesas tampoco eran una maravilla.
El local, de los mismos dueños que La Carmencita (dueños a su vez del Grupo Deluz de Santander), quiere recordar a una tasca de las de toda la vida pero con un toque moderno y creo que fracasa en el intento.
Todas las mesas son bajas, con banquetas para Papá Pitufo. Bastante incómodo. Y mi famosa mesa de la entrada es eso, una mesa baja y enana pegada a la puerta y que te deja ahí en medio, expuesto al público de la barra y con cero intimidad.
El local es pequeño. Cuenta con una barra que se peta pero donde si logras hacerte un hueco es sin duda la mejor opción para cenar. Luego están las mesas para David el Gnomo. Las hay de dos, de cuatro y redondas para grupos de 6. Cuenta al fondo con un pequeño comedor, ya en otra sala apartada de la zona de barra. Las mejores mesas son las de las esquinas pegadas a las ventanas.
En absoluto me ha parecido un sitio chulo o cool. Es totalmente sin más. Mucho más bonita y acogedora es La Carmencita aunque sea más restaurante que tasca-bar.
Llegamos a las diez y la barra estaba llenísima por lo que si vas sin reserva te la juegas. Sobra decir que si vas con un ligue y está lleno vas a quedar como un colgado ahí en medio del bar sin tener donde apoyarte y decidiendo si te piras o te quedas. Evitad primeras citas aquí salvo que vayáis pronto.
Ambiente totalmente joven y relativamente pijillo.
Hay pocos camareros y puede resultar algo caótico.
Un ejemplo: al indicarnos cuál era nuestra mierda-mesa vimos que sobre ella media barra había dejado todos sus abrigos. Como no podíamos empezar a quitarlos se lo dijimos al camarero que estaba desbordado. El tío preguntaba a la gente sin ninguna autoridad por lo que la peña sudaba de él. Visto el percal estábamos a punto de irnos cuando justo unas chicas del fondo de la barra se levantaron y allí que nos lanzamos cual buitres. Al final, en taburetes apoyados en la esquina de la barra estuvimos de lujo.
A eso de las 23:00 la barra se medio vació, por si os interesa el dato para llegar a esa hora y es que cierra a las 02:00. Durante el día solo cierra de 17 a 19:30.
Lo que es la carta es un único folio a doble cara enorme y que quiere imitar a un periódico antiguo pero que resulta incomodísima de leer. No entiendo estas chorradas.
Hay muchos platos que pedir por lo que cuesta decidirse. No soy partidario de cartas tan amplias. Aquí tienes desde rabas, alitas, huevos varios, ensaladas, marisco, conservas, bocadillos, arroces, quesos, embutidos, carnes varias… https://tascacelsoymanolo.files.wordpress.com/2014/05/carta-celso-y-manolo-con-precios-1.pdf
Como sólo éramos dos, no pudimos probar mucho pero lo que tomamos estaba bueno.
Como fan que soy de la ensaladilla rusa, probé la que aquí sirven con ventresca (y es que hay 4 tipos de ensaladilla). A 9,5€ una ración más que suficiente para dos. Normal. No es la de Nájera ni Casa Rafa ni Puerta 57 pero cumple.
También quisimos probar su steak tartar de ternera al vodka (9€). Bien.
Aparte de estos dos platos le pedimos al cocinero de la barra que nos dijera que más pedir.
Nos recomendó las rabas (8€) que me gustaron, muy bien fritas y nada grasientas.
También nos puso una ensalada de tomate con aguacate, papaya, mango, tomate, cilantro y un rico aceite de Siurana. Muy rica.
Por último probamos los taquitos de chuletón (9,5€) que estaban buenos.
Las raciones son perfectas para dos-tres personas.
De postre, muy rica la tarta de limón (5€) y muy sin más la mousse de dos chocolates (5€).
Para beber, la oferta de buenos vinos es casi nula, así que pedimos un blanco Mer&Cocquillages (21€) del que no había oído hablar en mi vida. No estaba mal.
Toda la cuenta, comiendo bastante, salió 78€, 39€ por barba. Precio muy correcto y es que casi todas las raciones se mueven en los 6-9€.
A esos bajos precios la calidad es más que correcta. Nada es ninguna maravilla ni ninguna sorpresa pero cumple la función de tasca donde comer con buena relación calidad-precio, algo nada fácil de encontrar en Madrid.
Dirección: Calle Libertad, 1. Telf: 91 531 80 79
Web: www.celsoymanolo.es
Yo pagué: 39€ | Precio medio: 25€
Fecha de la visita: FEBRERO 2015