Madrid

ARIMA BASQUE GASTRONOMY

Aunque Arima abrió en 2016, debo reconocer que no fue hasta prácticamente este 2018 cuando me fijé en él y me entraron las ganas de probarlo. El culpable de despertarme esas ganas fue Rodri, creador de Chuka Ramen Bar, uno de los mejores asiáticos de Madrid. Un día vi en su Instagram que abandonaba Chuka y empezaba a cocinar en Arima. Y es que, por lo que le pude ver en Chuka, y por las fotos que cuelga en Intagram, siempre me ha parecido un tipo de muy buen comer, sin mariconadas.

Sin embargo, la verdadera creadora de Arima es Nagore, una encantadora vasca de pura cepa y amante del buen producto del Norte.

Nos guste o no, la realidad es que, actualmente, todo el mundo gastronómico se cuece en Instagram, una herramienta que, bien utilizada, es perfecta para seguir la actualidad gastronómica y descubrir grandes sitios. Por eso, creo que es comprensible lo que os he contado antes sobre que fueron Rodri y su IG los que me provocaron las ganas de probar Arima.

En cualquier caso, ahora que ya conozco a ambos, creo forman un gran equipo que puede darnos muchos disfrutes en Arima.

El restaurante se encuentra en la archifamosa calle Ponzano, donde Arima destaca frente a la mediocridad de la zona. De hecho, me atrevería a decir que Arima es el mejor restaurante de la calle.

El local es pequeño y pasa desapercibido. Nada más entrar, te encuentras una pequeña barra abarrotada de gente. Aquí puedes picotear algo, picoteo que seguramente te resulte incómodo por lo estrecho del espacio, o, mientras esperas a ser sentado, puedes tomar un cocktail o una de las 30 referencias de vermut que tienen.

Al fondo se encuentra el diminuto restaurante, con solo 6 mesas. Pese a lo pequeño del espacio, me resultó una sala bastante acogedora.

Arima funciona por los odiados turnos, 20:30 o a partir de las 22:30. Obviamente, el segundo turno te permitirá disfrutar más relajadamente de la cena sin tener que ir a contrarreloj.

La carta es corta y se basa en el mejor producto que haya según temporada. Verduras, carnes y pescados son las enseñas de Arima.

A la hora de pedir, Nagore os ayudará a decidir. Mi recomendación: si sois 3 o 4, decidle a Nagore que os monte un menú a medida con 4-5 platos, acabando siempre con un pescado y, finalmente, con su rica chuleta.

Otro plato imprescindible es su versión de la Gilda con mahonesa de piparras en pan soplado. Nivel Dios.

Espectacular también el aperitivo de Morcilla de Beasaín con manzana.

Muy ricos los Puerros confitados; y la Borraja con fondo de jamón, puré de patata y papada.

De la parte de pescados, espectacular el Lenguado con su piel crujiente y un toque picantón. Y muy buenas las Cocochas en salsa verde.

Y para acabar, la mencionada Chuleta de cárnicas Goya, acompañada de Lechuga y pimientos.

De postre, el Pastel vasco o la Manzana con crema inglesa y crumble me encantaron.

Me quedé con ganas de probar sus Callos de bacalao, Menestra o Txangurro, por lo que, si os cuadra, no dudéis en pedirlo.

Siendo 4 y de muy buen comer, os podéis cepillar más de media carta en un buen festín.

Carta de vinos demasiado corta. Para este nivel de cocina, daría mucho juego una carta más amplia.

Entre 4, con una botella de vino y algún vermut, salimos a 62€ barba. Me parece una buena relación precio-placer si tenemos en cuenta cómo se han puesto los precios en Madrid, donde puedes comer verdadera caca y pagar 45€.

Es un sitio para repetir, perfecto para cena de amigos o parejas.

Absolutamente recomendable.

Solo cierra los domingos noche.

Dirección: Calle Ponzano 51. Telf. 911091599

Web: arimabasquegastronomy.com

Yo pagué: 62€ | Precio medio: 50€

Fecha de la visita: FEBRERO 2018

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