Tras mi periplo por Barcelona, cambié de tercio yendo a Valencia donde la primera parada fue comer un excelente arroz senyoret en Casa Carmela.
Y la segunda parada, como no, debía ser Ricard Camarena, con 1 estrella y para muchos el mejor de la ciudad.
El restaurante se encuentra en una pequeña calle y pasa casi desapercibido desde fuera.
Una vez dentro la sala -decorada en tonos oscuros y algo minimalista- es bastante grande y hay pocas mesas así que el espacio entre ellas es considerable.
La mejor mesa es una alargada que hay pegada a la cocina –abierta a la sala- con capacidad para 10 personas. Obviamente en esta mesa la intimidad es casi nula pero a cambio ganas ver cómo cocinan. Sin duda, si eliges esta mesa, pide al reservar que te coloquen en los sitios que están más pegados a la cocina ya que desde ahí sí que te sientes casi dentro de ella. A nosotros nos tocó junto en el otro extremo de la mesa y aunque se estaba muy a gusto no es lo mismo.
Hay 3 menús: corto (75€ / 6 platos), mediano (9 platos / 90€) y largo (11 platos / 105€).
Éramos 4 y preguntamos si 3 podían tomar el mediano y yo el largo, a lo cual amablemente accedieron. Esta es la diferencia de humildad que se nota cuando sales de los grandes restaurantes de Madrid y Barcelona donde van de sobrados y lo normal es que obliguen a todos tomar el mismo menú.
Insisto: me toca mucho los huevos que un restaurante obligue a que todos los comensales deban tomar el mismo menú y por tanto todos deban ponerse de acuerdo cuando en la misma mesa cada uno es de su padre y de su madre con distinto apetito o distintos gustos.
Varios de los platos te los sirve el propio Ricard. Humildad. Detallazo. Punto positivo.
Antes de empezar con el menú debo hacer una mención especial al sumiller –David Rabasa-, de lo mejorcito que he visto y no me refiero únicamente a conocimiento de los vinos sino sobre todo a servicio, trato, flexibilidad, entusiasmo y sinceridad.
Yo no soy muy partidario de los maridajes y aquí de primeras tampoco lo elegí pero luego viendo la severa variedad de vinos que David maneja para el maridaje y hablando con él, nos empezó a hacer a mitad de menú un maridaje fantástico. Sinceramente, creo que es el sumiller que he visto que más ganas ponía por hacer disfrutar al comensal y darle a probar cosas diferentes. 10 Lunas para David Rabasa.
Vayamos al menú.
La cocina que maneja Ricard es un poco la típica de los estrellas michelín donde cuantos más visitas, más parece que vives un poco en un déjà vu: ingredientes, presentaciones, paripé…todos son primos hermanos y al final, por lo menos para mí, lo más importante para diferenciar los que realmente merecen la pena es el sabor. Me importa poco o nada la técnica y dificultad del plato si luego en boca no está delicioso y en este menú no hubo ningún plato de mojar los pantalones.
Vainas de habas tiernas, quisquilla y emulsión de almendras. Bueno
Piel de calabacín asado con steak tartar, fresitas, requesón y emulsión de alcaparras. Así contado parece una mezcla algo rara de ingredientes pero estaba muy bueno.
Zanahorias asadas, crema de caviar de salmón y coco-comino. Le falta potencia.
Verduras de invierno con consomé de vaca al amontillado. Consomé delicioso de esos que se diría resucitan a un muerto pero que al final no tiene más chicha el plato.
Alcachofas baby marinadas con romero, mandarina y ravioli de alcachofas. No soy muy fan de la alcachofa así que este plato me pareció prescindible.
Ostra valenciana, aguacate y horchata de galanga. Un clásico. Ostra tamaño XXL que apenas tiene sabor a mar ya que realmente sabe a la salsa que la cubre. Rico.
Guisantes y bacalao estofados al pesto. Creo que en este tour gastronómico no ha habido día que no me pusieran guisantes. Bueno.
Arroz de espárragos verdes y levadura. Sin más. Justo ese día había comido un delicioso arroz senyoret en Casa Carmela y al siguiente probé un espectacular arroz a la plancha en Vinícolas. Ambos superaban en sabor a este así que me pregunto por qué, estando en Valencia, no prepara Ricard un arroz más típico bordándolo y, en cambio, pone este que podría ser de un restaurante de cualquier ciudad.
Caballa glaseada con jugo de cebolla en vinagre, pimienta y limón. No tan rica como la de Gresca pero bastante buena.
Molleja de ternera, espinacas, mostaza y estragón. Último plato del menú. Notable alto.
De postre, una ensalada ligeramente picante de naranja y cacahuete, sin más, y bien la remolacha, furtos rojos, leche fresca y eneldo.
Para beber, aparte del maridaje (60€), un champú Billecart a 59€ y un Rioja Pujanza 2009 a 58€.
En general como podéis observar el menú tenía mucha verdura lo que hace que, por lo menos para mí, le faltase fuerza y potencia a muchos de los platos. Tampoco hubo ningún sabor sorprendente y original. Todo me pareció en la línea del notable.
El menú obviamente irá cambiando según la época del año pero, sinceramente, este mismo menú no lo volvería a pagar.
La cuenta ascendió entre 4 a 575 Euros, es decir, 144 Euros barba.
Dirección: Carrer del Dr. Sumsi, 4. ValenciaTlf: 963355418Web: http://www.ricardcamarena.com/
Yo pagué: 144€ | Precio medio: 110€
Fecha de la visita: Abril 2015