Este restaurante es de lo más típico en la Plaza Jemaa y es por eso que aparece en todas las guías.
Lo mejor es cenar en la terraza de arriba donde tienes 4 mesas que ofrecen vistas a toda la plaza. El resto de mesas no tiene ningún tipo de vistas.
Cuando nosotros llegamos las 4 mesas del borde de la terraza estaban llenas pero en el momento en que se levantó una mesa nos llevamos allí toda la comida ya que no hay color en cenar viendo toda la plaza a cenar viendo una pared.
Cenamos ahí la primera noche y la verdad que fue la mejor forma de empezar el viaje: buena comida y vistas al caos de la Plaza Jemaa.
Viendo la Plaza uno piensa cómo se puede cambiar de mundo en solo 2 horas de avión. Es tan brutal la diferencia entre Madrid y Marrakech que al menos una vez en la vida hay que ir a verlo. Es como retroceder 100 años.
Es esa suciedad, ese caos, esa pobreza, esos moros tan jodidamente pesados que te venden hasta a su madre, lo que hace auténtico a Marrakech pero también es todo eso lo que puede hacer que muchísima gente no quiera volver a Marrakech o no quiera directamente ni ir a conocerlo.
A mi me gustó y no me importaría volver pero si vuelvo es para enseñárselo a amigos o para hacer una ruta en todoterreno.
Un fin de semana es suficiente para tener un primer contacto con Marrakech, sinceramente. Si vas desde Madrid con Ryanair un viernes a las 3 de la tarde y vuelves el domingo a las doce, se te pasará muy rápido todo pero si lo aprovechas bien te puede servir para al menos conocerlo. 3-4 días es lo ideal, ya más me parece excesivo.
Nada de ir a hoteles fuera de la Medina, a Marrakech hay que ir a un Riad auténtico. El mío se llamaba Riad Ta’achchaqa y estaba genial si bien estaba cerca del Zoco, en lo profundo de la Medina y uno las pasaba realmente putas cada noche volviendo al Riad: auténticos laberintos de calles oscuras donde era imposible orientarse, solo moros en la calle, nadie dispuesto a ayudarte…dirán que los moros son encantadores pero a mí el 90% me parecieron unos chapas de cojones: por el día vendiéndote babuchas, bolsos, alfombras y su puta madre, no te dejan ni respirar, el regateo agota, te intentan timar por todas partes, pero por todas partes (taxis, tiendas, restaurantes…) y por la noche solo te ayudan si les ofreces dinero. Será una ciudad segura xq si te atracan y les pillan les dan una paliza, pero desde luego que x la zona de mi Riad uno séntía un acojone continuo. Y por la zona de la Plaza, por la noche y donde montan los puestos de comida, es una chapa absolutamente insoportable. Te abordan absolutamente todos los moros de los puestos de comida, que encima todos saben español y saben que tú eres español, a la vez te acosan los q venden zumos de naranja, a la vez los niños pequeños te piden dinero, a la vez se te acerca una vieja con un bastón que también te pide dinero y no se te despega, a la vez se te acercan unos negros para que caigas en el timo de hacerte una foto con ellos y luego te piden dinero, a la vez te cruzan 8 motos a la vez y 2 burros…uffff, creo q mi madre ahí no duraría ni 2 minutos.
Volviendo al Chegrouni, estaban muy ricas las brochetas de pollo y sobre todo el Tajine de huevo con tomate. También muy rico el cous cous. Es megabarato, en plan 20 euros para dos personas y la calidad es para mi la mejor de los 4 restaurantes que probé en mi visita. No venden cervezas así q a coca colas.
Imprescindible
Dirección:
- Plaza Jemaa El Fnaa, Marrakech
Yo pagué: 15€ | Precio medio: 15€
Fecha de la visita: 2013