Madrid

CASA JOSÉ

Según van pasando los años, y tras haber estado ya en cientos de restaurantes, cada vez aprecio más dos cosas: el producto y el vino.

Recuerdo que cuando tenía 18 años solía pedir vinos de menos de 15€. Luego fui subiendo a 20, 25, 30, 40 y ya hoy pedir un vino de 70€ me parece normal. Desgraciadamente para el bolsillo, la calidad de los vinos sube proporcionalmente a su precio. Y lo vale.

Con la idea de pegarnos un absoluto homenaje a vino y producto (aunque más al primero), mis dos mayores escuderos y yo elegimos ir a comer a CASA JOSÉ y llevar nuestros propios vinos aprovechando algunas joyas que teníamos por casa.

Elegimos CASA JOSÉ porque aparte de comerse de maravilla nos permitieron el descorche y prepararnos un menú a medida de los vinos. Desconozco si siempre permiten el descorche, imagino que sí, siempre y cuando les avises y les lleves buenos vinos y no aparezcas con un Cvne de supermercado a 7€.

De todas formas, el grandísimo Armando –dueño, magnífico jefe de sala y excelente sumiller- tiene una gran carta de vinos a precios muy razonables.

Los vinos elegidos fueron: champagne Jacques Selosse, amontillado Coliseo, un Ródano Du Pape Chateau de Beaucastel 2012, un californiano de uva Syrah Donelan 2009, un Chateau de Fonsalette 2001 y un Burdeos Saint-Estephe Chateau Cos D’Estorunel 2008.

Para acompañar estos vinos, CASA JOSÉ nos preparó un menú espectacular de verduras que es el protagonista principal de su cocina.

Os cuento un poco del restaurante.

En 2017, incomprensiblemente, perdió su estrella Michelín pese a cocinar las verduras como nadie.

Se encuentra en Aranjuez, pueblo que merece la pena conocer. Se puede optar por dormir allí en Aranjuez o comer y volver. Mi primera vez dormí allí y esta segunda fuimos en tren (una hora desde N. Ministerios) y volvimos levitando.

Gastronómicamente, Aranjuez es famoso por su huerta y la cocina de CASA JOSÉ sabe sacarle el máximo partido.

En la parte de abajo tenemos una barra que suele llenarse de gente tomando de aperitivo su famosa tortilla y chistorra. Ya arriba está el restaurante, a modo de casa antigua. Muy muy acogedor, sobre todo en días de frío.

Si sois 4, pedid las mesas redondas de las esquinas.

El trato es absolutamente familiar. Perfecto.

La cocina, como decía, es prácticamente toda a base de verduras. No te imagines verduras como las que te daba tu madre de pequeño. Cada verdura se cocina o acompaña con carnes o pescados que potencian perfectamente su sabor.

Platos como las espinacas con mollejas o las mollejas con col, el salmonete frito, el falso risotto de coliflor, la panceta ibérica en encurtido templado de cítricos, el trampantojo de carpaccio de buey o la becada son realmente memorables.

El precio del menú es de 75€. Quizás no llega a la RCP del Carmen de Montesión (Toledo) pero sin duda es de lo mejor que hay en el mercado.

La comida fueron 5 horas donde disfrutamos y nos divertimos muchísimo.

Por cosas que no vienen a cuento y que mejor no preguntar, acabamos a las 20:00 en La Máquina de La Moraleja tomando Albariño y ostras –como quien toma caña y cacahuetes- ante el asombro de los camareros. Momento absolutamente inolvidable.

Surgió entonces la expresión: ¡no hay huevos de ir a cenar a un grande de Madrid!

Obviamente sobraron y el día acabó con la cena en Viridiana que cuento en mi crítica.

Fue un sábado legendario donde durante 12 horas nos bebimos 11 botellas de vino y comimos 33 platos. Por días así la vida es maravillosa.

Dirección: Calle de Abastos, 32. Aranjuez Tlf: 918911488

Web:

Yo pagué: 100€ | Precio medio: 100€

Fecha de la visita: FEBRERO 2015

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