Local en la parte vieja de logroño, a un paso de la calle Laurel.
Decoración tipo bodega, con techos bajos de ladrillo oscuro y con los míticos barriles de vino estratégicamente colocados.
Ambiente: casi lleno, en la mesa de al lado había un grupo de ocho franchutes, que serían los típicos que vienen a la Rioja a visitar bodegas.
Carta: no muy extensa, con platos típicos riojanos de entrantes (menestra, pochas, pimientos de Tormantos) y platos fuera de carta donde tenía buena pinta el besugo a la parrilla, que finalmente no pedimos.
Entrantes: pimientos rellenos excelentes, con un rebozado crujiente.
Espárrago relleno de gambas: buenísimo.
Hojaldre con bechamel de marisco: muy bueno.
Segundos: un kilo y medio de chuletón para tres. Típico que te sirven medio hecho con una plancha para que lo vayas cocinando a tu gusto y con sal gorda. Un clásico que no falla, donde no hace falta decir que la clave está en la materia prima y no en la elaboración. Fallo: no sale del camarero renovar la plancha, así que la final hay que pedir otra porque sino te comes los últimos trozos fríos y muy crudos.
Chuletillas de cordero lechal: las esperaba mejores, más sabrosas.
Postres: muy buenos.
Vino: tinto, viña salceda reserva 2004, un rioja alavesa correcto, tampoco para tirar cohetes.
Dirección:
- Calle Marqués de San Nicolás, 136, Logroño, La Rioja
- 941 20 53 92
- http://www.rinconesdelvino.com/restaurantes/index.htm
Yo pagué: 40€ | Precio medio: 40€
Fecha de la visita: 2011