Este restaurante solo merece la pena por sus preciosas vistas del skyline de Miami, pero ello le hace imprescindible.
Nosotros fuimos a mediodía, aunque dicen que es mucho más bonito verlo de noche.
Es clave que pidas mesa en terraza o, si es dentro, que sea justo pegado a un ventanal. Ojo al frío que hace por el aire acondicionado.
Como la comida es absolutamente sin más, pedid cualquier cosa básica y barata como excusa para disfrutar de las vistas.
Lo más rico me pareció el Pastel de cangrejo. Y muy sin más la Hamburguesa y las Empanadillas de carne.
Vi desfilar nigiris y makis con una pinta atroz.
Compartiendo todo, no deberíais pagar más de 30$ barba, salvo que para disfrutar más de las vistas, queráis darle a su interesante bodega, en cuyo caso ya dependerá de lo que quieras pagar por el vino.
Dirección: 3201 Rickenbacker Causeway, Key Biscayne, FL 33149, Estados Unidos
Yo pagué: 30€ | Precio medio: 40€
Fecha de la visita: ENERO 2020