San Sebastián

MIRADOR DE ULÍA

mirador MIRADOR DE ULÍA. Portada MIRADOR DE ULÍA. 2 MIRADOR DE ULÍA. 3 MIRADOR DE ULÍA. 4 MIRADOR DE ULÍA. 5

Estrellas michelín en San Sebastián tenemos: Arzak, Akelarre, Berasategui (estos con 3), Muharitz (con 2), Zuberoa, Miramón de Arbelatiz, Kokotxa, Alameda en Hoindarribia y Mirador de Ulía (todos con 1).

Al Mirador hay que ir en taxi y cuesta como a Akelarre, unos 12 euros.

El restaurante cuenta con preciosas vistas de toda la ciudad.

Las mejores mesas con vistas son las pegadas a los ventanales y son para 2-4 personas. Nosotros como éramos 6 nos pusieron en “segunda fila”.

En verano tiene una terraza espectacular.

Ya en mesa nos trajeron el primer aperitivo que eran unos palitos sabor jamón, una morcilla crujiente y una mayonesa de azafrán. Sin más.

Aquí vino el primer error de la noche, un error que pasa en el 90% de los restaurantes. Yo lo primero que quiero nada más sentarme es beber un vino. Pedir una copa suelta no me apetece pues luego te la acaban clavando a 8 euros.

Podían invitarte a una copa de vino o cava de bienvendida para acompañar los snacks y es que odio que me traigan un aperitivo sin tener el vino antes.

Tras elegir un txacolí como primer vino (luego probamos de Alsacia, albariños, un Contino para la carne y un Chivite dulce para el postre), nos decantamos por pedir el menú degustación que tenía muy buena pinta si bien pedimos, algunos, cambiar el pato por paloma o corzo.

El primer entrante fue un falso huevo frito. La verdad es que parecía un huevo escalfado pero realmente era una lámina de bacalao, con chistorra dentro y unos mini taquitos de jamón. Delicioso.

El siguiente plato era un caldo de alubias. Muy rico y mejor que las alubias de la noche anterior en Akelarre.

Pasamos al foie trufado. Vienen 2 pelotas de foie envueltas en trufa. Es una mezcla sencilla pero que nunca falla. Buenísimo.

Pasamos a una guindilla XXL rellena de anchoa. Nada que objetar.Buena.

Pasamos a la ostra que se había acabado y fue cambiada por mejillones diminutos. Un cambio que no me hizo ni puta gracia pero bueno. Plato sin más.

Seguimos con el hongo y crema de huevo. Bueno.

De pescado nos trajeron una correcta merluza.

Y para acabar, de carne unos pidieron pato, otros corzo y otros paloma. Los tres estaban a gran altura, no tanto como el pichón o becada de la noche anterior en Akelarre pero sí a la altura de un 1 o 2 estrellas michelín.

Tres postres para acabar, todos a gran nivel: helado de cítricos, chocolate y mascarpone. Gran final a una deliciosa cena. Desde luego que no me arrepiento de haber cenado aquí y es un sitio que recomiendo y al que podría volver sin problema.

Precio final por barba, unos 100-120 euros (el menú cuesta 80), bebiendo bastantes vinos.

 

Dirección:

Web:

Yo pagué: 120€ | Precio medio: 120€

Fecha de la visita: 2012

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