En primer lugar, hay que tener claro que Diverxo (10 Lunas) y Streetxo (9 Lunas) son dos modelos de negocios muy diferentes. Si de hacer un titular sensacionalista se tratase, se podría decir que StreetXo es la gama low cost de Diverxo.
De los miles de restaurantes que he visitado en mi vida a lo largo del mundo, DiverXo es uno de mis favoritos. Por eso, desde su creación en 2007, como mínimo, lo visito 2 o 3 veces al año.
Del local y servicio de DiverXo, poco o nada negativo se le puede decir, está al nivel de cualquier 3 estrellas Michelín, aunque con un aire más moderno, algo que se agradece frente a la sobriedad y seriedad de otros muchos 3 estrellas. Otra cosa es que su comida no te entusiasme y no te compense pagarlo (250-300€) pero, desde luego, nunca te va a disgustar.
Respecto a StreetXo, la cosa cambia un rato. Aunque me gusta mucho el concepto, son dos cosas las que me echan para atrás a la hora de volver: el no poder reservar y, por tanto, tener que aguantar sus largas colas (en Londres sí se puede reservar), y que todo se sirve muy rápido, casi a la vez, y muchas de las raciones son bastante grandes, siendo perfectas para compartir entre 3-4, pero haciendo que no se disfrute tanto yendo en pareja.
Respecto al volumen de la música, es importante informarse previamente y saber en qué consiste StreetXo. Y así, a mí jamás se me ocurriría llevar a mis padres. A mis 35 años, estoy seguro de que me dejarían en un orfanato si les hago cenar rápido, en un taburete y con ese volumen. Tampoco se me ocurriría llevarles a tomar una copa a Fabrik. Otro tema de debate podría ser si la función final de ese tipo de música, y a ese volumen, es hacer que la gente se quiera ir, consiguiendo así más rotación de mesas, y hacer más caja como resultado.
Por eso, una vez que sepas qué comida sirven en StreetXo y, por tanto, no vayas esperando un jamón y un pincho de una tortilla, que tiene la música muy alta, que cuesta 40-60€ por barba, y que lo normal es sentarse en taburetes en una barra (aunque también tiene alguna mesa y, sobre todo, una genial terraza en verano), ya es decisión personal de cada uno el acudir. Pero lo que no se puede es ir, aún sabiendo todo eso, y luego protestar.
Por cierto, respecto al artículo de StreetXo Londres (http://www.standard.co.uk/goingout/restaurants/fay-maschler-reviews-streetxo-it-s-a-wrong-turn-for-art-cuisine-a3390991.html) hay mucha ignorancia y demagogia barata ahí metida. Según me comenta mi amigo @isuarez4, que vive en Londres, no cuesta 150 Libras sino que el precio medio son 80 Libras, y yendo muy fuerte, 120. Además, es ridículo decir que el hecho de que el vestuario de los camareros simule (importante resaltar lo de “simular”) una camisa de fuerza se puede considerar que roza lo ilegal.