Madrid

YAKITORO BY CHICOTE

Por fin he podido visitar el archi famoso restaurante que ha abierto el televisivo Alberto Chicote: YAKITORO. He tardado unos meses en conocerlo pero luego han caído 3 visitas en 10 días. Así soy yo.

Para ir en fin de semana suele necesitarse casi un mes de antelación por lo que la mejor opción es ir a conocerlo una noche entre semana.

Brutal el éxito de Yakitoro gracias a la fama de Chicote.

En esta crítica vamos a jugar a ser él en Pesadilla en la Cocina. Diseccionemos Yakitoro.

Sistema de reservas.

Yakitoro funciona por turnos. Al reservar –vía internet o por teléfono- veréis que para la cena las mesas suelen ser a las 18:30, 20:30 o 22:30.

Odio los turnos. Eso de tener que cenar en un tiempo determinado porque luego viene otra mesa y te largan debía estar prohibido.

Por tanto, desde el punto de vista del cliente es un absoluto punto negativo. Sin embargo, como negocio, la idea es cojonuda pues la facturación es mucho mayor.

Chicote no es tonto y mientras lo llene y los clientes asuman lo de los turnos, perfecto para él.

Decoración.

El local es la leche. Está situado en una trasera de Gran Vía y ocupa toda la esquina de la calle con una enorme cristalera en forma circular y un luminoso cartel encima: YAKITORO BY CHICOTE. Mientras estuve esperando a que llegasen mis amigos pude observar que absolutamente todo el mundo que pasaba por esa esquina se quedaba mirando el restaurante y comentando.

Un diez para Chicote pues no hay nada mejor que tener un restaurante que llame tanto la atención.

Antes de entrar, Yakitoro cuenta con una pequeña terraza con estufas. Esta zona es solo para tomar un vino con un piti, no para cenar.

Por dentro el local es bastante grande y está decorado muy chulo mezclando modernidad con un toque de taberna al ser las mesas y sillas de madera.

Cuenta con una barra donde la gente espera a ser sentada.

En medio del restaurante se encuentran las brasas donde preparan los yakitoris (brochetas). Estas brasas desprenden bastante calor y mucho humo así que ojo con las mesas que están pegadas a ellas pues el calor y el olor puede resultar incómodo. Evitadlas.

Muchas mesas están organizadas a modo de mesas corridas por lo que posiblemente te toque cenar literalmente al lado de otras personas. Si sois grupos de 4 o más os dará igual cenar con gente al lado. El problema es cuando sois dos, que se pierde toda la intimidad. En ese caso mi recomendación es que digáis que queréis cenar en la barra que hay en los ventanales. Cenareis mirando a la calle pero ganáis en intimidad. Además aquí puedes cenar sin tener reserva.

Otra vez más, Chicote se marca un punto como negocio al aprovechar el espacio al máximo pero a cambio el cliente pierde intimidad.

Cada mesa cuenta con una cubitera en medio donde poder guardar el vino o la cerveza y así ganar en espacio. Cojonuda la idea.

En general, nota alta al estudio de arquitectura encargado del diseño del restaurante.

Ambiente.

Yakitoro es un restaurante para todos los públicos y por tanto el ambiente es totalmente variopinto. Siempre suele haber algún famosillo. Yo he coincidido con Pedroche, Miki Nadal, Alex de la Iglesia, el gay de Aida…

Parejas, grupos de amigos, cenas de trabajo…Yakitoro es un todoterreno en ese sentido.

Servicio.

A ratos pueden estar desbordados y ser algo lentos pero en general funcionan bien.

Debido a los turnos, la comida sale bastante rápido -demasiado para mi gusto- ya que suelen sacar varios platos a la vez.

Esto ya es cuestión de gustos pero para mí que cenar es un ritual, no me gusta nada que me sirvan todo junto. Por eso os recomiendo que al camarero le indiquéis que queréis cenar tranquilamente y que os sirvan poco a poco.

Claro que si sois típica pareja que no habla o si vais con unos petardos, lo mejor es que te traigan todo pronto y acabar cuanto antes.

Yo he llegado a estar dos horas y media cenando en Yakitoro y otra vez he cenado en una hora.

Precio.

La carta está diseñada a modo de pequeñas tapas-raciones, ideales para compartir entre dos. Hay unos 34 platos. Chicote, como yo, no es partidario de cartas muy amplias porque eso suele ser sinónimo de poca calidad. No obstante, esa amplitud está permitida si la carta sigue una coherencia. Es decir, lo que no puede ser es un restaurante que te sirvan desde una paella a un sushi pasando por un ceviche o un cordero tandori o unos macarrones.

Los precios se mueven entre los 4 y los 7 €. Precios más populares no pueden ser.

Otro diez para Chicote que así consigue que su restaurante sea accesible para absolutamente todo el mundo, desde el típico que no quiere/puede gastarse más de 20 € en cenar al típico como yo que acaba pagando 45 € por zamparse y beberse toda la carta.

Comida.

Los platos están concebidos para que gusten a todos los públicos y eso es un gran mérito de Chicote. Utilizan ingredientes sencillos como pollo, atún o cerdo y basan el fuerte de su cocina en las salsas por lo que muchos sabores son parecidos.

Todos los platos están bien presentados para así dar ese pequeño toque sofisticado que puede sorprender a quien no conozca este mundo. Por cierto, unos pequeños cuencos que verás en la mesa sirven para dejar los palitos de la brocheta, no para beber de ellos o meterles salsas.

Mi resumen respecto a la calidad de la comida es que si eres virgen en la cocina fusión asiática saldrás contento pues no hay sabores fuertes ni platos picantes. Si eres más pro, Yakitoro no te sorprenderá pero tampoco saldrás a disgusto.
Lo que está claro es que a estos bajos precios, la calidad que ofrece es muy correcta.

LO QUE MÁS ME HA GUSTADO:

Yakibocata de chipirones con tomate, alioli y cebolletas (5,30 €). Se puede compartir entre dos (pide que te lo sirvan partido). Como fallo está el hecho de al morder el bocata te meterás todo el chipirón en la boca por lo que para el siguiente bocado ya solo quedará pan.

Yakibocata de papada ibérica (5,20 €). También se puede compartir. Más fácil de comer que el anterior.

Atún rojo y pack choy sobre pan y salmorejo (6,60 €).

Chipirones con salsa de cebollas ducles (6,10 €).

Tuétano de ternera asado y caramelizado con lascas de atún seco (5,60 €).

Entrecostillas de buey wagyu (5,60 €).

Arroz blanco aliñado con sabores de oriente (4,30 €). Debéis pedirlo sí o sí para acompañar.

Patatas fritas en tempura con salsa de sésamo (4 €). Este acompañamiento no es gran cosa pero el cabrón es adictivo.

Pollo y papa canaria con mojo rojo (5,60 €).

Postre de algodón de azúcar (3,10 €).

Postre de marshmallow (2,60 €). Son los típicos jamones de chuchería.

Postre de crumble de manzanas (4,60 €).

PLATOS NORMALITOS

Dados de berenjena en tempura con miso rojo y pimentón (3,60 €). Lo único que merece la pena es la rica salsa.

Boquerones fritos en tempura (5 €).

Filete ruso de buey (5,40 €).

Pollo frito con salsa agridulce (4,70 €).

PRESCINDIBLE

Huevo frito sobre disco de arroz tostado (4,50 €). Peor que el arroz a la cubana que cualquiera puede hacerse en casa en 2 minutos.

Albóndigas de cerdo (5,80 €).

Pollo al ajillo (4,60 €).

Alitas de pollo (5,30 €).

Chocolate con churros (3,80 €).

Comiendo a dolor y bebiendo varias de vino he pagado 43 €, y comiendo más normal y con cerveza he pagado 30. El ticket medio diría que son unos 20-25 €.

Desde luego que si te apetece asiático en un sitio chulo y con ambiente, pagar poco y cenar decentemente, Yakitoro es la mejor opción.

Dirección: Calle de la Reina 41. Madrid. Metro SevillaTeléfono: 917371441Web: www.yakitoro.com

Web:

Yo pagué: 30€ | Precio medio: 20€

Fecha de la visita: Diciembre 2014

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