La Rioja

TONDELUNA

 

Aunque en La Rioja existen grandes restaurantes –Portal del Echaurren (2 estrellas, en Ezcaray), Venta Moncalvillo (1 estrella, en Daroca), Asador Alameda en Fuenamyor, Casa Toni en Haro, la verdad es que desde que cerró la Merced hace años, Logroño es una ciudad huérfana de un gran restaurante.

Desde el año 2011 ese vacío lo ha venido a cubrir uno de los mejores chefs de España, Francis Paniego, con el restaurante Tondeluna.

Paniego está al mando del Portal del Echaurren en Ezcaray, el cual este 2013 fue premiado con la segunda estrella michelín.

Francis también asesora en el restaurante de las bodegas Marqués de Riscal (Elciego), premiado con una estrella y el cual merece más la pena por su ubicación y decoración que por la comida ya que queda lejos del máximo disfrute que supone el Echaurren.

Con semejante currículum no debe sorprender que el restaurante que ha abierto en Logroño se haya convertido en el mejor de la ciudad.

Hay varias cosas que tenéis que saber sobre Tondeluna.

La más importante es que, aparte de que se come de maravilla, todas las mesas son compartidas al estilo que se puso hace ya un tiempo de moda en grandes ciudades como NY o París.

El restaurante cuenta con unas 5 mesas de madera alargadas donde caben 12 personas por lo que sí o sí, comerás con algún desconocido pegado a ti.

Es un concepto bastante arriesgado y más en una ciudad pequeña como Logroño pero parece que a la gente no le ha importado y lo sigue llenando, sobre todo en fines de semana donde las familias llevan a sus críos con el incordio que eso a veces supone. No es que me haya ocurrido aquí pero me molesta mucho cuando voy a un restaurante y veo a los críos corriendo entre las mesas mientras los padres les ignoran. Vaya educación.

A mí sinceramente no me gusta ese concepto. Sentarme en una mesa compartida en Buddakan de NY con desconocidos, cada uno a su bola, no me parece equiparable a sentarme en una mesa compartida en Logroño donde te puede tocar al lado al vecino de arriba que te cotilleará toda tu conversación.

Mi recomendación es que siempre os sentéis en una esquina ya que así al menos uno de vosotros tendrá al lado al pasillo y no a otro comensal. También os digo que si sois 4 o más, ya importa menos que haya gente al lado porque entre vosotros mismo os creareis vuestra propia burbuja. El problema es cuando sois solo dos y encima te toca en medio de la mesa. Ahí estás vendido. Yo si fuera con mi novia preferiría sentarnos al lado mejor que uno enfrente del otro, creo que se gana en intimidad.

El fondo del restaurante puede reservarse para celebraciones tipo comuniones o bautizos. Al estar apartado, los críos y sus gritos no molestan.

También existe una terraza donde se puede tomar algunos platos de la carta o tomar el café.

Este sistema de mesas compartidas os aseguro que no triunfaría si a cambio no se ofreciera una comida de gran calidad. Y eso es lo que se sirve en Tondeluna, platos riquísimos presentados con un toque especial y original: “ensaladilla rusa con mahonesa aireada y láminas de pan” que queda mejor que decir solo ensaladilla rusa.

Si bien en ciudades como Madrid o Barcelona nos invaden los restaurantes con cartas rimbombantes, en una ciudad tan clásica como Logroño, ese concepto está triunfando mucho. También es cierto que con Masterchef el mundo de la alta cocina se ha dado a conocer a todo quisqui y eso ayuda.

Los precios de la carta son bastante bajos, moviéndose entre los 4 y los 15 €.

En mi última comida, entre 4, nos cepillamos más de media carta. Os cuento:

Ensaladilla rusa con mahonesa aireada y láminas de pan (7,75 €). De una cremosidad y suavidad que sorprende, está buenísima.

Croquetas (1,50€/unidad). La croqueta del restaurante Echaurren es considerada una de las mejores de España y no falta razón. Brutal.

Ceviche suave de salmón, mahonesa de aguacate y alga wakame (9,75 €). Realmente no se le puede llamar ceviche pues poco se parece a ese plato peruano ya que aquí al llevar mahonesa lo convierte más en una ensaladilla, reduciendo así su característico sabor de cilantro y limón .

Pimientos riojanos caramelizados con huevo 65º y patatas (9,75 €). No podía faltar el huevo a baja temperatura. Servido en una cazuelita, la mezcla de ingredientes es un sabor que a todo el mundo gustará.

Pochas con chorizo y fritada de tomate (10 €). Buenas.

Arroz ligado a modo de risotto con láminas de sepia (12,50 €). Una auténtica sorpresa. Muy rico.

Cocochas de bacalao al pil-pil sobre patatitas (15,50 €). Lo más flojo de la comida. La cococha no sabía a nada aunque lo salvaba el buen pil pil. Con cocochas de merluza estaría mucho más rico aunque eso subiría el precio.

Carrilleras de ternera glaseadas con puré de manzana (12,75 €). Otro plato de alto nivel.

Costillas de cerdo a la parrilla con salsa de miel y romescu (12,75 €). Me encantaron.

Hamburguesa con panecillo al vapor (7 €). Correcta.

De postre, absolutamente espectacular la torrija tostada con helado de queso y sopa de vainilla (7,25 €). No me gustó nada en cambio el chocolate con aceite de oliva (7,25 €).

Con una botella de vino Ramón Bilbao (17 €) y un albariño Deusa Nai (12, 50 €) –la bodega es muy justita- y con cafés y una copa, la comida salió a 170 €, es decir 42,5 € cada uno. Si atendemos a todo lo que comimos que fue una barbaridad, y teniendo en cuenta que todo estaba muy bueno, me parece un precio impresionante. Esa cena en Madrid me sale a 60 € y la pago a gusto.

El precio medio aquí diría que es 30 € si tomas vino. Tiene varios menús degustación para grupos que los he probado y no me han gustado, es mucho mejor elegir de la carta.

Ya sabéis, si visitáis Logroño, al mediodía a comer a Tondeluna y por la noche de pinchos a la Calle Laurel.

Dirección:

Web:

Yo pagué: 43€ | Precio medio: 30€

Fecha de la visita: 2016

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