Madrid

Merimeé Gastrobar

Hace un par de semanas tenía una cena con varias amigas y, con eso del buen tiempo, decidimos ir a cenar a una terraza (decisión que, por cierto, cada noche de verano toman todos los madrileños).

Como era un martes e íbamos a quedar pronto, decidimos ir a TARTAN ROOF. Como nunca cogen el teléfono en ese restaurante, fuimos sin reserva a probar suerte y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos una cola digna de un concierto del payaso de Justin Bieber. Increíble.

Lógicamente no hicimos esa cola y nos fuimos a probar suerte en otra terraza que me habían recomendado: THE PATIO, en Alonso Martínez. Aquí sí había sitio y la terraza es bastante chula pero no es un sitio para cenar sino que es una terraza de cocktails y copas. Ya que estábamos ahí tomamos unos ricos mojitos en unas sillas incómodas de cojones y luego a las 10 nos fuimos a MERIMÉE.

MERIMÉE se encuentra en la calle Fuencarral y cuando abrió hace como dos años se puso bastante de moda. De hecho, yo la primera vez que fui estaba hasta arriba, siendo una gran opción para ir a cenar con tus amigos, en un sitio de moda, y sin gastarte más de 25 €.

Pues bien, como siempre ocurre en Madrid, los restaurantes van pasando de moda y no iba a ser menos con MERIMÉE que ha tenido que apuntarse a las ofertas del Club Kviar para sobrevivir.

En esta ocasión MERIMÈE estaba medio vacío. De las dos plantas que hay, la de abajo estaba cerrada y en la de arriba habría 4 mesas más aparte de la nuestra. Cierto es que en época de verano lo que apetece es cenar en una terraza y no en un local cerrado pero oye, mira Ten con ten, que no tiene terraza y sigue petándose día tras día.

El local, sin tener una decoración que llame la atención, está bien puesto.

Respecto a la comida, en esta última visita éramos 4 y probamos (los precios ya incluyen el descuento del 30%):

Berenjenas crujientes (5,25 €). Ración bastante grande. Es un buen entrante para compartir.

Ravioli de trufa blanca (7,70 €). Exactamente igual que unos raviolis Rana que puedes comprar en el supermercado. Al llevar trufa la salsa, siempre va a tener buen sabor.

Pollo crujiente (6,65 €). Otro entrante a base de fingers de pollo, sencillo donde los haya, pero que también es buena opción como entrante para compartir.

Carret de cordero a baja temperatura (11,20 €). Muy malo. Venía frito y refrito por lo que quedaba más seco que Rajoy contando chistes.

Confit de pato (9,10 €). Estando mucho mejor que el carret, tampoco era nada especial.

Hamburguesa Merimée (7,35 €). Qué voy a decir de este plato, pues que era una hamburguesa normalilla más como las mil que hay en Madrid. No te esperes la del NY Burguer, claro está.

Postres prescindibles como la tarta de queso (3,15 €).

Al final, con 2 botellas de Marqués de Riscal (11,20 € cada una), y ya con el descuento del 30%, salimos a 88 €, es decir, 22 € cada uno.

Hay que reconocer que la comida era absolutamente sin más, pero coño, a esos bajos precios no vas a esperarte en cocina a Joan Roca. Por tanto, para todo lo que comimos y bebimos, 22 € me parece un precio totalmente aceptable.

Yo no creo que vuelva porque no es un sitio para repetir, pero sí que hay que tenerlo en cuenta como una opción para cenas de amigos o parejas que no quieren gastarse más de 20 € y quieren cenar en un sitio así ambientadillo y moderno. Eso sí, es un sitio más de invierno porque ahora en verano la gente solo va a las terrazas.

Dirección:

  • Calle Fuencarral 61, 28004 Madrid
  • 911 16 67 02
  • http://www.merimeegastrobar.com/

Web:

Yo pagué: 22 euros€ | Precio medio:

Fecha de la visita:

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