Cantabria

LA CIGALEÑA

La Cigaleña es un restaurante de los de toda la vida de Santander, que siempre se ha destacado por tener una gran bodega de vinos, de ahí que ellos mismos se denominen “Museo del vino”.

 

La verdad es que, durante muchos años, su bodega era conocida solo por unos pocos entendidos, pasando más inadvertida para el público medio. Hasta que, con todo este boom gastronómico que existe, más gente ha empezado a interesarse.

 

Lo primero que hay que decir es que es un sitio donde se bebe mejor que se come, sin que ello implique que se coma mal. Lo que pasa es que su punto fuerte son los vinos, sin los que se quedaría en 7 Lunas.

 

El local tiene muchísimo encanto, reflejando una taberna antiquísima con todas las paredes y techos repletos de vinos viejos.

 

La cocina de aquí es tradicional y sencilla, basada en un buen producto: Chuletón, Chistorra, Cecina, Mollejas, Croquetas, Rabas, Bonito, etc. Floja, en cambio, su ensaladilla.

 

Al frente de la bodega, con más de 1.400 referencias, se encuentra Andrés Conde, considerado uno de los Dioses del vino de nuestro país.

 

Debo reconocer que Andrés tiene un carácter especial y hay que saber entenderlo.

 

Y así, en mi visita de 2017, comenté que Andrés no transmitía ni vendía lo suficiente todo su brillante conocimiento. Y comenté eso por intentar comparar a Andrés con otros sumiller, sobre todo los jóvenes, que te encuentras en muchos restaurantes, a los que les encanta contarte todo lo que saben de vino, y no paran de aconsejarte cosas, a cual más rara, para así intentar ser lo más originales posibles.

 

Y es que, en aquella comida de 2017, cuando llegó Andrés a nuestra mesa, le pedí que nos sorprendiera con algún Rioja, ya que a mi padre le apasiona ese vino, y siempre busca probar cosas difíciles de encontrar. También le pedí un Riesling del año 2010 para abajo y que fuera muy mineral. Su respuesta fue, educadamente, traernos el mamotreto de carta y, al final, pudimos sacarle alguna cosilla pero nada especial.

 

En aquel momento, yo esperaba una reacción de Andrés como la que puedes encontrarte con, por ejemplo, un Pitu Roca, el cual podrá acertar más o menos pero, con esas indicaciones, él mismo ya te trae varias opciones.

 

Pues bien, Andrés no es de esa escuela, o al menos no lo es de primeras. Su carácter es más reservado, por lo que le cuesta abrirse si no se siente a gusto con el cliente. Eso sí, una vez Andrés está cómodo, entonces puedes gozar de lo lindo con el bebercio.

 

Y es que en la última visita, en agosto 2018, en el reservado de la parte de arriba, ¡joder cómo bebimos! Durante 4 horas nos dio Andrés una lección magistral sobre vinos, sobre todo naturales (sin sulfitos), unos vinos que, hasta ese día, me parecían puros zumos.

 

El bebercio de aquella cena nos pareció tan legendario, que ya se ha convertido en una tradición de cada agosto el juntarme en esta casa con @gastrordinario y beber de la mano de D. Andrés.

 

Un restaurante imprescindible para los amantes del bebercio.

 

Dirección: Calle Daoíz y Velarde, 19. Telf: 942210184

Web: www.cigalena.com

Yo pagué: 60€ | Precio medio: 50€

Fecha de la visita: AGOSTO 2018

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